La agricultura ejerce la presión más significativa, al afectar tanto a las aguas superficiales como a las subterráneas, según el informe de la AEMA "El estado del agua en Europa en 2024: la necesidad de mejorar la resiliencia hídrica". El motivo es, según las propias observaciones de los Estados miembros, el uso y la contaminación del agua procedente del uso intensivo de nutrientes y plaguicidas. La agricultura es, con diferencia, el mayor consumidor neto de agua de Europa y, si las prácticas no cambian, es probable que la demanda de la agricultura de regadío aumente con el cambio climático.
El informe de la AEMA muestra que, a pesar de haberse logrado algunos avances, las aguas y los ecosistemas acuáticos de Europa siguen viéndose gravemente afectados por las sustancias químicas, principalmente por la contaminación atmosférica procedente de la generación de energía a partir del carbón y por la contaminación difusa de nutrientes y plaguicidas procedentes de la agricultura. La degradación del hábitat también está muy extendida. Al reto de proteger los ecosistemas acuáticos se añade el cambio climático, que está perturbando los patrones meteorológicos y aumentando en mayor medida las presiones sobre los recursos hídricos y su gestión.
Según los datos notificados por los Estados miembros de la UE, solo el 37 % de las masas de aguas superficiales de Europa alcanzó un estado ecológico "bueno" o "muy bueno", conforme a la medida de salud de los ecosistemas acuáticos establecida en la Directiva marco sobre el agua de la UE, y solo el 29 % alcanzó un estado químico "bueno" durante el período 2015-2021.
La salud de las aguas europeas no es buena. Se ve afectada por a una serie de retos sin precedentes que amenazan la seguridad hídrica de Europa. Tenemos que redoblar nuestros esfuerzos para restaurar la salud de nuestros valiosos ríos, lagos, aguas costeras y otras masas de agua, y garantizar la resiliencia y la seguridad de este recurso vital para las generaciones venideras.
Leena Ylä-Mononen
Directora ejecutiva de la AEMA
Avances limitados hasta la fecha
Si bien las medidas adoptadas por los Estados miembros han logrado evitar un mayor deterioro del estado de las aguas de la UE al abordar cierta contaminación química y mejorar las perspectivas de algunas especies, como los mejillones y los crustáceos, no se ha detectado ninguna mejora global desde el último ciclo de seguimiento.
A las aguas subterráneas de Europa les va mejor que a las aguas superficiales, ya que el 77 % se encuentra en buen estado químico y, en términos de suministro, el 91 % está en buen estado cuantitativo. No obstante, persisten los problemas en términos de contaminación por plaguicidas y nutrientes. Las aguas subterráneas son una fuente clave del agua potable que consumimos y son necesarias para el medio ambiente, la agricultura y la industria.
El plazo establecido por la Directiva marco sobre el agua (DMA) de la UE para alcanzar un buen estado de las aguas superficiales y subterráneas era 2015 y se amplió a 2027. Al ritmo que avanzamos, no vamos a cumplir el plazo.
El camino por delante
La resiliencia hídrica de Europa puede mejorarse. La reducción del consumo de agua y la mejora de la eficiencia son fundamentales para abordar el estrés hídrico en la agricultura, la industria y el hogar. Si fijamos objetivos centrados en el ahorro de agua o la reducción de la demanda, podríamos contribuir a impulsar la acción y facilitar el seguimiento de los avances hacia la resiliencia hídrica. Asimismo se requiere información actualizada y más oportuna sobre la cantidad y la calidad del agua para mejorar su gestión.
Deben reducirse las presiones. Debemos prevenir la contaminación de acuerdo con los objetivos del plan de acción «contaminación cero» de la UE. A corto plazo, es necesario reducir el uso y evitar la liberación de sustancias nocivas y nutrientes al agua.
Medidas como la restauración de la naturaleza o la reconexión de los ríos con sus llanuras aluviales y la restauración de humedales y turberas pueden crear ecosistemas de agua dulce más sanos y ricos en biodiversidad, que pueden suministrar agua de buena calidad al tiempo que almacenan carbono y mitigan el impacto de los fenómenos meteorológicos extremos.
Sobre el informe
El informe de la AEMA es la evaluación más amplia realizada sobre la salud de las masas de agua de Europa, y abarcó más de 120 000 masas de aguas superficiales y 3,8 millones de km 2de superficie de las masas de aguas subterránea en toda la UE y Noruega. El informe se basa en los datos notificados por diecinueve Estados miembros de la UE. Representa el 85 % de las masas de aguas superficiales y el 87 % de la superficie de las masas de agua subterránea en la EU-27.
Todos los resultados clave y los datos notificados sobre los Estados miembros de la UE y Noruega pueden encontrarse en la sección dedicada al agua dulce del Sistema de Información sobre el Agua para Europa (WISE).
El informe de la AEMA también complementa la próxima evaluación de la Comisión Europea de los 3os Planes hidrológicos de cuenca y de los 2os Planes de gestión del riesgo de inundación, que harán balance del estado de aplicación de la Directiva marco sobre el agua y de la Directiva sobre inundaciones de la UE.
La Agencia Europea de Medio Ambiente (AEMA) es una agencia de la Unión Europea cuya labor consiste en proporcionar información sólida e independiente sobre el medio ambiente. La Agencia tiene como objetivo apoyar el desarrollo sostenible y contribuir a conseguir una mejora significativa y cuantificable del medio ambiente europeo facilitando información actualizada, específica, pertinente y fidedigna a los responsables de la política medioambiental y al público en general.
Una superficie del tamaño de Egipto, unos 100 millones de hectáreas, de tierras sanas y productivas se degrada cada año debido a la sequía y la desertificación, provocadas principalmente por el cambio climático y la mala gestión de la tierra.
La salud de los ríos de Suramérica, incluyendo el Magdalena, está en peligro debido a la contaminación, la deforestación y la construcción de hidroeléctricas, lo que pone en riesgo la biodiversidad y la importancia ecológica de sistemas fluviales como los humedales de La Mojana y las áreas costeras del mar Caribe donde desemboca. Experto de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) hace un llamado urgente a restaurar y conservar este importante afluente del país, que pasa por 22 departamentos y 728 municipios.
La pérdida de bosques en el Perú, especialmente en la Amazonía, ha alcanzado cifras alarmantes. En 2023, se perdieron 132,216 hectáreas de bosque amazónico (Geobosques, 2023), y los incendios forestales afectaron otras 63,000 hectáreas (SERFOR, 2024). Este escenario demuestra que el avance de la deforestación no se detiene y cada vez es más urgente la necesidad de actuar y promover una cultura de prevención y manejo sostenible en nuestro país.
El análisis de la concentración de mercurio en el músculo de 673 individuos de 8 especies de peces de interés comercial –como pargo y bagre– capturados en el golfo de Salamanca (Magdalena) y en la Bahía de Buenaventura (Valle del Cauca), evidencio que 316 de ellos (47 %) excedieron el límite máximo recomendado para consumo por la Organización Mundial de la Salud (OMS), que es de 0,5 microgramos por gramo (µg/g) del metal pesado.
El fondo para la infancia proyecta en su último informe cómo tres mega tendencias afectarán la vida de los niños en 2050. El organismo pide invertir en educación, servicios y ciudades sostenibles, ampliar la resiliencia climática y proporcionar conectividad.
Este oasis único, conformado por 25.000 hectáreas de área protegida en la Alta Guajira, afronta una creciente presión por el pastoreo extensivo de ovejas y cabras, esencial para la cultura wayú pero perjudicial para este ecosistema único. Ante tal desafío, se proponen estrategias que combinan ciencia y saberes ancestrales para equilibrar la conservación ambiental y el sustento de las comunidades indígenas.