Según explica Gautier, si Ernest Hemingway volviera al Kilimanjaro, en Tanzania, "muy difícilmente se encontraría con las nieves eternas" que dan título a su relato, pues se estima que se redujeron en más de un 85% en los últimos cincuenta años. No es un caso aislado: el ciclo del agua se ha visto gravemente alterado en el continente de manera que, en algunas partes, el agua ya no llega cuando tiene que llegar, y en otras, las inundaciones se suceden a un ritmo vertiginoso. Según otros ejemplos explicados por Gautier, el lago Chad ha perdido el 90% de su superficie afectando a millones de personas que viven de la pesca y los cultivos, la lluvia en Somalia ya no llega a tiempo para evitar que los cultivos se arruinen... El hambre y los desplazamientos de población se convierten en consecuencias del cambio climático en África.
Todo esto se produce en un continente que es el responsable del 3,8% de las emisiones de gases invernaderos. Según Gautier, "comparado con las emisiones de China, Estados Unidos y Europa (respectivamente 23%, 19% y 13%), el peso del continente africano es absolutamente irrelevante". No obstante, es el más vulnerable a causa de factores como "su exposición al aumento del nivel del mar, a las lluvias torrenciales, sequías y conflictos y, sobre todo, las estructuras precarias de sus sistemas sanitarios y los presupuestos especiales para la mitigación de los efectos del cambio climático".
El hambre y los desplazamientos de población se convierten en consecuencias del cambio climático en África.
Además de los efectos del cambio climático en el continente, Gautier reflexiona sobre las vías que existen para sobreponerse a estos escenarios dramáticos. Según explica, el futuro de África depende inevitablemente de invertir en energías renovables y fortalecer un nuevo liderazgo verde. Según el autor, ante la vulnerabilidad del territorio, "la resiliencia se esboza como imperativo. Es la norma. El denominador común". Destaca proyectos tan ambiciosos como la creación de una gran muralla verde en el Sahel que contenga la desertización. Y subraya que, en las sucesivas cumbres climáticas, África ha sido "uno de los actores más destacables en la búsqueda de un nuevo acuerdo aunque su visibilidad no haya sido proporcional al esfuerzo producido".
El último capítulo del libro se centra en el impacto de la pandemia de COVID-19 en África. Como explica Gautier, "se llegó a vaticinar un caos inmediato y sin precedentes y, sin embargo, el continente ha resultado ser un ejemplo positivo de la importancia de tomar medidas rápidas de distanciamiento para contener las cifras de contagios y muertes". Los países africanos adoptaron medidas estrictas de control con más prontitud que países como España o Estados Unidos, logrando poner "un freno considerable a la propagación del virus en la primera etapa". No obstante, el libro advierte también que la COVID-19 "actúa como un acelerador de los males ya ocasionados por el cambio climático" como la inseguridad alimentaria, incrementada a causa de los efectos económicos de la pandemia.
El libro está prologado por el periodista y presidente de Reporteros sin fronteras Alfonso Armada, que enumera algunos de los problemas sociales, políticos y medioambientales que se entrecruzan en la crisis climática africana: "las relaciones entre China y el contienen más joven, el gran interrogante del agua, los retos de la agricultura, la presión demográfica y la sangría de la emigración, la muralla verde del Sahel y la energías renovables, y lo que la pandemia está suponiendo para esta geografía política y humana de la que en gran medida depende el futuro de la humanidad".
El último capítulo del libro se centra en el impacto de la pandemia de COVID-19 en África.
Debate sobre el libro
África: cambio climático y resiliencia, que ha sido publicado en formato papel y digital, fue presentado en un debate virtual el 25 de abril organizado en colaboración con la asociación AmicsUAB y moderado por el profesor Daniel Rico, director de la colección El Espejo y la Lámpara, que enfatizó que el libro refleja "la soledad de África" en la lucha contra el cambio climático. En ese sentido, Gautier reivindió el esfuerzo diplomático de los países africanos, sin el cual, "Estados Unidos, China o Rusia no se habrían sentado a negociar".
Chema Caballero, coautor del blog "Àfrica no és un país", habló de la importancia de aplicar "soluciones africanas a los problemas que plantea el cambio climático" como, por ejemplo, "recuperar formas tradicionales de cultivo". Elogió la toma de conciencia de las nuevas generaciones contra el neocolonialismo pero advirtió también que mucha gente en África, "si pudiera, viviría de otra manera distinta, más parecida a la nuestra". En contrapartida, Victoria Reyes, profesora de investigación ICREA en el Instituto de Ciencia y Tecnología Ambientales de la UAB, afirmó que en Europa deberíamos plantearnos "vivir de una manera que permita también vivir a los demás" y alertó que los efectos del cambio climático en África están relacionados con "vulnerabilidades preexistentes" debido a las relaciones históricas del continente con las potencias coloniales occidentales. Caballero y Gautier cerraron el debate hablando del papel ambivalente que juega actualmente China como "fuente de oportuidades que viene con el propósito real de construir" y, a la vez, como potencia que también "quiere sacar tajada del continente".
Experto en África y su historia
El libro es fruto de la investigación de Johari Gautier Carmona (París, 1979) sobre el impacto del calentamiento global sobre la vida y geografía del continente africano. Gautier cuenta con quince años de experiencia escribiendo e investigando sobre el continente africano. Ha colaborado con Casa África y con publicaciones como El País-Planeta Futuro, FronteraD, Afribuku y otras revistas especializadas en África y afrodescendencia. Tras varios viajes e investigaciones, publicó Cuentos históricos del pueblo africano (Almuzara, 2010), que recogen la historia desconocida del continente antes del periodo de la colonización, y la novela Del sueño y sus pesadillas (Atmósfera Literaria, 2015), donde se reflejan las causas profundas de la inmigración senegalesa hacia España.
Somos una universidad líder que imparte una docencia de calidad y excelencia, diversificada, multidisciplinaria y flexible, adecuada a las necesidades de la sociedad y adaptada a los nuevos modelos de la Europa del conocimiento. La UAB es reconocida internacionalmente por la calidad y el carácter innovador de su investigación.
Un equipo del Instituto Universitario de Investigación Marina (INMAR) de la Universidad de Cádiz ha demostrado que el exceso de nutrientes y la acción de los animales que se alimentan de las plantas afectan al secuestro de carbono del fondo del mar. Los expertos analizan cómo estos factores interactúan con las estaciones del año, subraya los peligros del cambio climático y la creciente presión humana sobre estos ecosistemas.
Los plásticos de los residuos electrónicos son mezclas heterogéneas, a menudo contaminadas con otros materiales y aditivos halogenados, lo que complica su reciclaje mediante métodos convencionales.
La reunión concluye sin que gobiernos estén más cerca de acordar una solución a la crisis del plástico que se agrava cada día más.
En el marco del Día Mundial de los Suelos, la FAO advierte que las pérdidas económicas por la degradación de los suelos son estimadas en USD 60 000 millones anuales, y subraya que la gestión sostenible es clave para hacer frente al desafío, y tener seguridad alimentaria.
En la tercera edición del QS World University Rankings: Sustainability, la compañía británica Quacquarelli Symonds (QS) ubicó a la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) en el puesto 327 entre 1.743 universidades del mundo evaluadas, y en Colombia ocupa el segundo lugar.
La IA va camino de convertirse en una tecnología que cambie paradigmas, pero sus daños podrían superar cualquier beneficio.