El accidente de la unidad 2 (TMI-2) de central nuclear de Three Mile Island, cerca de Middletown, Pennsylvania, el 28 de marzo de 1979, es el más serio accidente historia comercial del funcionamiento de centrales nucleares de los Estados Unidos, aún cuando este incidente no conllevo a pérdidas de vidas humanas, ni lesión alguna a miembros de la planta nuclear ni de la comunidad cercana. Lo que si generó este accidente es que los entes de control comprendieran los peligros relacionados con la actividad nuclear industrial, lo cual tuvo como resultado el establecimiento de planes de respuesta de emergencia, entrenamiento de operadores de reactores nucleares, ingeniería de factores humanos, mecanismos de protección contra radiación y muchos otros aspectos que estaban de alguna manera subvalorados, y que luego de esto se desarrollaron y se normalizaron para evitar nuevos accidentes. A partir de este suceso, la Comisión Reguladora Nuclear de los Estados Unidos (United States Nuclear Regulatory Commission NRC) aumentó su control, reconociendo el descuido en el que se encontraban los complejos nucleares instalados en este país. La secuencia de ciertos acontecimientos (malfuncionamientos del equipo, problemas de diseño y errores de los operarios) llevaron a una fusión parcial del núcleo del reactor TMI-2, que generó “pequeñas” emisiones de radiactividad a la atmósfera.