“Ser voluntario es enfrentarse a nuevos desafíos, servir sin condiciones, dedicar parte de su tiempo a participar en la construcción de una sociedad más igualitaria. Ser voluntario es tener como objetivo trabajar por cambiar la realidad que provocan marginación y exclusión social. Por eso, el Banco de Alimentos no solamente busca donaciones materiales, sino también aquellas que alimentan la sonrisa de quienes las reciben a través de un voluntariado. Esta es una movilización de capital humano en pro de una acción social. El Banco cree que, con tu ayuda, más necesidades podrán ser atendidas y más corazones se llenarán de alegría.”
Con el llamado del papa Juan Pablo II desde la carta apostólica Novo Millennio Ineunte que invita a construir una obra enfocada en la caridad jubilar, en enero de 2001 el cardenal colombiano Pedro Rubiano Sáenz propuso la idea de crear el Banco de Alimentos de Bogotá. Este propósito se materializó el 8 de mayo del mismo año tras reunirse con los empresarios Arturo Calle (Almacenes Arturo Calle) y Gonzalo Restrepo (presidente del Grupo Éxito).
La generosidad de los empresarios, el apoyo del sector público, la labor de las organizaciones sociales y el compromiso de la Iglesia católica, además de un capital semilla, hizo del propósito una realidad, una fundación que brinda alimentos a las familias y personas que más lo necesitan. Basada en procesos similares en Estados Unidos, México y Australia, la fundación ha alcanzado a cubrir con sus servicios gran parte de Bogotá y municipios cercanos, con acciones sociales en conjunto con diferentes organizaciones se proyectan a generar procesos que dignifiquen la calidad de vida de más de 500 000 personas.