Pensé que no debía ocultar estos hechos que observo, aunque no soy un físico profesional…
Agnes Luise Wilhelmine Pockels nació en 1862, año en el que Venecia pertenecía al Imperio Austriaco. Su padre hizo parte de las tropas de este ejército, pero mientras realizaba su carrera como militar enfermó de malaria. Debido a esta situación, a la edad de 9 años, Agnes en compañía de su familia, perteneciente a una clase media, se trasladaron a Brunswick, en la baja Sajonia, en Alemania. Con las dolencias de su padre y con un hermano menor, optó por ser una ama de casa al cuidado de sus familiares. Desde su infancia demostró interés por las ciencias naturales y el conocimiento en general, por lo que fue inscrita en el Instituto Municipal para Niñas de Brunswich. Allí se apasionó por la física, siendo una adolescente curiosa que escudriñaba cuanto libro encontraba de su hermano menor. Su inteligencia era tan evidente que su hermano, Frederick, llegó a determinar que su hermana era un genio.
Tras terminar sus estudios básicos, Agnes Pockels intentó inscribirse en la universidad, pero en ese tiempo en Alemania las mujeres no podían cursar estudios universitarios y cuando se empezó a formalizar la educación superior para mujeres, sus padres no la dejaron matricularse. Gracias a los libros, incluidos los de doctorado, pertenecientes a su hermano Friedrich Carl Alwin Pockels (quien fue un físico de la Universidad de Göttingen), Agnes logró cualificarse en el conocimiento y la literatura científica. Los hermanos Pockels se enfocaron en diversas áreas de la ciencia, mientras Frederick estudió arduamente las matemáticas y los aspectos teóricos, Agnes se destacó por su ardua experimentación científica como autodidacta.
Agnes Pockels, en sus impulsos científicos, analizó y experimentó con el agua con la que fregaba los platos en su cocina. Logrando descubrir la acción de las impurezas en la tensión superficial de los líquidos de un fregadero de vajillas. Para esto, creó y optimizó un dispositivo y un modelo cuantitativo que calculaba la dimensión de las moléculas y la tensión superficial de monocapas o películas continuas de aceites, jabones, detergentes y grasas, entre otras sustancias hidrofóbicas, llegando a obtener un alto grado de precisión. El instrumento fue denominado la cubeta de Pockels, precursora del dispositivo creado por Irving Langmuir y su colaboradora, Katherine Blodgett. Se destaca que Langmuir fue galardonado con el premio Nobel de química en 1932, debido a sus estudios e investigaciones en química de superficies.