De los 200 a 300 millones de espermatozoides depositados en el tracto genital de la mujer, solo de 300 a 500 llegan al sitio de fecundación. Pero únicamente uno de ellos es necesario para la fecundación y se considera que los demás ayudan al espermatozoide fecundante a atravesar las barreras que protegen al gameto femenino. El óvulo fecundado es solo 1 de los cerca de 400 óvulos que maduraron entre la pubertad y la menopausia de un total aproximado de 400 mil óvulos primitivos e inmaduros presentes en los ovarios desde el nacimiento de cada mujer.
El milagro de la concepción
Si se analiza la compleja secuencia de sucesos hormonales que son necesarios para quedar en embarazo, así como las barreras que los espermatozoides deben vencer para fertilizar un óvulo, se puede comprender que la expresión "el milagro de la concepción" no es una exageración.
Tan pronto como el período menstrual finaliza, una hormona llamada hormona folículo estimulante (FSH) es segregada e introducida en el torrente sanguíneo por la glándula pituitaria. Todos los óvulos están expuestos a la FSH. Los óvulos seleccionados para madurar lo hacen en un folículo lleno de un material líquido. Cada mes aproximadamente 20 óvulos comienzan este proceso, pero normalmente solo un folículo "dominante" llega a madurar por completo y ovula; los demás mueren.
Condiciones
A medida que aumenta el nivel de estrógeno en la sangre, este envía un mensaje al hipotálamo indicando que el folículo ya está maduro y listo para ovular. Como respuesta, el hipotálamo informa a la glándula pituitaria para que secrete una pequeña descarga de hormona luteinizante (LH) que provoca la liberación del óvulo. El óvulo maduro ha desarrollado diversos rasgos importantes, contiene cromosomas en la fase adecuada para continuar su desarrollo y es capaz de aceptar a un único espermatozoide. El óvulo es transportado hacia las trompas de Falopio por las fimbrias. Minúsculas hebras llamadas cilias que cubren la trompa de Falopio y ayudan al nuevo óvulo a descender y llegar al útero.