Yo no muero, yo entró en la Vida
Teresa de Lisieux, también conocida como Santa Teresita del Niño Jesús, es una santa francesa que nos enseña que por encima de todo está la obediencia y el amor incondicional a Dios. También nos enseña que la fe es el único camino al cielo y que debemos aceptarnos como somos con todas nuestras imperfecciones. Es la patrona universal de las misiones y además proclamada por el Papa Juan Pablo II como "Doctora de la Iglesia".
María Francisca Teresa Martin Guérin llegó al mundo el 2 de enero de 1873 en la ciudad de Alenzón (Normandía). Fue la novena y última hija del matrimonio conformado por Luis Martin y María Celia Guérin (también santos). De sus hermanos, cuatro murieron siendo aún muy pequeños, sobrevivieron cinco niñas. Santa Teresa fue bautizada poco tiempo después de nacer.
En 1877 murió su madre, al poco tiempo su padre decidió trasladarse a Lisieux (Normandía), después de la muerte de su madre Santa Teresa asume a su hermana Paulina como su segunda madre.
En 1881 Santa Teresa entró a estudiar al colegio de las Benedictinas en Lisieux y gracias a las lecciones aprendidas en casa se destacó rápidamente como estudiante. Fue en esta época en la que desarrolló su gusto por la lectura. En 1882 se enteró que quien era su segunda madre (Paulina) quería volverse monja carmelita. Cuando Paulina le explicó las razones para convertirse en monja, Santa Teresa también decidió convertirse en monja. Al no encontrar ninguna cura en la tierra, encontró la cura en un cuadro de la Virgen María, el cual, según Santa Teresa, le sonrió y la curó inmediatamente.