“Las ideas solas tienen poco valor. El valor de una invención radica en su implementación práctica [...]” Werner von Siemens, 1865
Ernst Werner Siemens (von Siemens desde 1888) fue un inventor alemán, precursor de la industria electrónica que logró estupendos avances tecnológicos y científicos, especialmente en la evolución del telégrafo. También fue el fundador de la empresa Siemens AG, hoy en día una de las multinacionales más importantes en tecnología, energía y otras áreas.
Nació el 13 de diciembre de 1816 en Lenthe, localidad que hoy forma parte de Gehrden, población ubicada en el por aquel entonces Reino de Hannover en la Confederación Germánica. Fue el cuarto hijo de una numerosa familia campesina de ética protestante liberal conformada por Christian Ferdinand Siemens (1787-1840) y Eleonore Henriette Deichmann (1792-1839), quienes tuvieron un total de 14 hijos.
Tras finalizar sus estudios básicos, quiso seguir con su educación superior en la Bauakademie de Berlín. Sin embargo, las agudas dificultades económicas por las que atravesaba su familia le impidieron hacerlo. Ante ello, decidió alistarse en la Escuela de Artillería e Ingeniería de la Academia Militar de Prusia, en la cual estuvo entre 1835 y 1838. Allí estudió matemáticas, química y física. La muerte de sus padres hacia 1840 le impuso la obligación de tomar la responsabilidad de brindar seguridad económica para sus hermanos, lo cual pudo lograr como teniente del ejército prusiano.
Sus invenciones creativas surgieron durante sus años como militar. Por ejemplo, en 1842 ideó un nuevo proceso de galvanoplastia, cuyos derechos vendió a George Richards Elkington, un fabricante de Birmingham (Inglaterra). Fue nombrado supervisor de los talleres de artillería en 1844. Durante la primera guerra de Schleswig (1848-1851) y como comandante de Friedrichsort, le fue encomendado defender el puerto de Kiel contra los ataques de la flota danesa; allí empleó unas minas marinas cargadas con electricidad que él mismo inventó.
En 1847 creó un telégrafo de aguja y presión que apunta de manera correcta a las letras como alternativa al código Morse. Empleó para ello una caja de cigarros, una chapa de hierro recubierta con estaño, restos de hierro liso y cable de cobre aislado. Al respecto mencionó lo siguiente:
"Mi telégrafo usa un solo cable, se puede reproducir con teclas como un piano y combina tal fiabilidad y velocidad que uno puede telegrafiar casi tan rápido como se puede presionar las teclas. Sin embargo, es ridículamente simple y ciertamente independiente de la fuerza de la corriente"