Si bien la ingeniería genética ha permitido superar diversos desafíos a nivel agrícola, industrial, ambiental así como en el área de la salud, el uso inadecuado de los avances tecnológicos puede representar una serie de riesgos biológicos, donde surge un problema de incertidumbre en torno a la atribución de responsabilidad de dichos eventos. Este documento presenta una discusión sobre el desarrollo tecnológico para resolver la brecha de atribución de brotes causados por patógenos genéticamente diseñados y de esa manera generar medidas de protección contra el potencial uso inadecuado de la biología sintética.
Este trabajo fue desarrollado por Gregory Lewis (Oxford University, Oxford, UK; Alt. Technology Labs, CA, USA), Jacob L. Jordan (Nuclear Threat Initiative, Washington, DC, USA), David A. Relman (Stanford University, CA, USA), Gregory D. Koblentz (George Mason University, DC, USA), Jade Leung, Allan Dafoe, Cassidy Nelson (Oxford University, Oxford, UK), Gerald L. Epstein (National Defense University, DC, USA), Rebecca Katz (Georgetown University, DC, USA), Michael Montague (Johns Hopkins University, MD, USA), Ethan C. Alley (Alt. Technology Labs, CA, USA; Massachusetts Institute of Technology, MA, USA; Harvard Medical School, MA, USA), Claire Marie Filone (The Johns Hopkins University Applied Physics Laboratory, MA, USA), Stephen Luby (Stanford University, CA, USA), George M. Church (Alt. Technology Labs, CA, USA; Harvard Medical School, MA, USA), Piers Millett (Oxford University, Oxford, UK; International Genetically Engineered Machine Competition, MA, USA), Kevin M. Esvelt (Alt. Technology Labs, CA, USA; Massachusetts Institute of Technology, MA, USA), Elizabeth E. Cameron (Nuclear Threat Initiative, Washington, DC, USA) y Thomas V. Inglesby (Johns Hopkins University, MD, USA) para Nature Communications (Vol. 11, núm. 6294, 2020), una revista dedicada a la publicación de estudios en las diferentes áreas de las ciencias naturales. Esta es una publicación de Nature. Correo de contacto: [email protected]