Si quieres la paz, lucha por la justicia.
Santo cristiano-romano y Papa de la iglesia católica de origen italiano. Reconocido por consolidar el Concilio Vaticano II, dónde supo orientar el fundamento de los 2.450 obispos para que fuera posible la modernización de la doctrina eclesiástica que acercó revolucionariamente los religiosos a los fieles y a otras iglesias. Los sucesos históricos que vivió lo llevaron a ser un intelectual obsesionado por la justicia, la defensa de la vida y a desarrollar el ecumenismo.
Giovanni Battista Montini fue el segundo de tres hijos del abogado, periodista, director de Acción Católica y miembro del parlamento de Italia, Giorgio Montini y Giudetta Alghisi, madre y alma de su familia, quién perteneció a la nobleza de una familia rural. Montini creció en el seno de una familia católica de la alta sociedad. Fue bautizado en 1897 con el nombre de Giovanni Battista Enrico Antonio María Montini. De niño disfrutaba contando historias y leyendo poesía. Debido a que poseía una salud frágil, sus primeros años de educación en la escuela Cesare Arici (dirigida por jesuitas), fueron interrumpidos en varias ocasiones. Se destacó por el amor y la disciplina con la que asumió su aprendizaje educativo. En 1916 ingresó al seminario de Brescia con el objetivo de convertirse en sacerdote. Por este tiempo, hasta los seminaristas eran reclutados para ser parte de los ejércitos que participaron en la Primera Guerra Mundial: pero el joven Montini se libró de ir por razones de salud. En 1920, a la edad de 22 años, Giovanni Battista Montini fue ordenado presbítero y el 29 de mayo de ese año celebró su primera misa en la iglesia Madonna delle Grazie, ubicada cerca a la casa donde residía su familia.
Al poco tiempo de su ordenamiento sacerdotal, Montini obtuvo su doctorado en Derecho Canónico en Milán y posteriormente viajó a Roma, donde concluyó sus estudios de teología y letras en la Universidad Gregorian. En 1922 cursó estudios de diplomacia en la Accademia dei Nobili Ecclesiastici y a la edad de 25 años fue elegido para ingresar en la Secretaría del Estado Vaticano. En 1923 trabajó en la nunciatura de Varsovia, Polonia, tiempo que describió como útil en su formación pero incómodo debido al nacionalismo polaco. Montini participó en la lucha contra el totalitarismo del gobierno fascista de Benito Mussolini desde su asesoría intelectual y su acompañamiento espiritual en la Accademia dei Nobili Ecclesiastici. También hizo parte de los movimientos de la Juventud Católica y fue capellán de la organización estudiantil católica antifascista, donde gestionó y dirigió grupos de aprendizaje, retiros y convenciones.