Mientras seas obediente, Dios te sostendrá
Sacerdote, pedagogo francés, reconocido por dedicar su vida a la formación de maestros y a la creación de escuelas para niños en condición de pobreza.
Fue el primogénito entre 11 hermanos; hijos de Luis de La Salle y Nicolasa Moët. Constituían una familia adinerada e ilustre de ascendencia española. Sus primeros años de formación educativa se efectuaron en su hogar. En 1669 inició sus estudios de teología pero con la muerte de su madre en 1671 y la de su padre en 1672 tuvo que hacerse cargo de la administración de los bienes de la familia y la crianza de sus hermanos. Sin embargo, esto no le impediría culminar sus estudios de teología en la Soborna y ser ordenado como sacerdote el 9 de abril de 1678.
En 1679 conoció a Adrián Nyel, con quien trabajaría en la creación de dos escuelas para niños pobres en Reims. Ese mismo año, tras la muerte de su mentor espiritual empezó a dirigir y sostener económicamente la Comunidad de las Hermanas del Niño Jesús. A la edad de 30 años, el padre de La Salle ya era doctor en teología, con lo cual podía aspirar a altos cargos en la iglesia católica. Sin embargo, su pensamiento se enfocó en la ayuda a los más necesitados. En 1680 emprendió la formación humana, pedagógica y cristiana de un grupo de maestros en su casa familiar. Un año después, instalaron su residencia en la Calle Nueva, Parroquia de San Esteban, lo que dio origen a la Comunidad de los Hermanos de las Escuelas Cristianas.
Una de sus reformas educativas revolucionarias (para la época) fue la de no enseñar latín para que más niños pobres pudieran ser educados. También introdujo la enseñanza para grupos de niños, ya que para entonces cada niño se educaba por separado. Estos métodos innovadores de enseñanza, al igual que su comunidad de laicos, no fueron muy bien vistos por las autoridades eclesiales. En 1683 el padre de La Salle renunció a su canónigo y se dedicó de lleno a la creación de escuelas cristianas y a la formación de maestros. Al año siguiente, frente a la crisis de hambruna en Francia se solidarizó con los más necesitados; para quienes donó la mitad de su fortuna y también contribuyó el sostenimiento de su congregación y la de las hermanas.