David Sánchez Ruano
PhD., Centre for the Study of Natural Design, University of Dundee
Dundee, Escocia, Reino Unido
Cofundador de la red Biomimicry UK
Juez del concurso Global Biomimicry Design Challenge
Profesor investigador, consultor en desarrollo de productos y servicios bioinspirados
[email protected]
La biomímesis: más allá del ingenio humano
Hablar de inspirarnos en la naturaleza es referirnos a la magia que descubrimos más allá de nuestro ambiente cotidiano inmediato. Es buscar fuentes de sabiduría que han existido durante millones de años, las cuales se encuentran en los rincones de nuestras células, en la interacción de ecosistemas o bien en aquella morfología que constituye un animal o planta, un hongo o una bacteria.
Muchas veces estas fuentes están a simple vista: en el jardín de nuestra casa, en el acuario local que visitamos o en las orillas de la playa adonde vamos de vacaciones. En otras ocasiones se encuentran en el jardín botánico, en la colección zoológica de institutos de investigación o bien bajo el microscopio que reposa en los laboratorios. Así, imitar a la naturaleza significa abrir nuestros sentidos humanos, saber comunicar lo que observamos y sentimos al estar inmersos en ese mundo que detona el ingenio humano.
Esta inspiración ha existido desde los anales de la historia humana. Platón y Aristóteles discutían sobre la mimesis, relacionando aspectos relativos a la apariencia estética de las cosas. Incluso uno de sus discípulos, Demócrito, escribió: “[...] imitamos la naturaleza, cuando tejemos imitamos a la araña, cuando edificamos, a la golondrina, cuando cantamos, al cisne y al ruiseñor“ . En la Edad 1 Media, Santo Tomás de Aquino mencionaba ars imitatum natura, refiriéndose a la simbología que implicaba imitar lo invisible, o bien lo que se piensa interiormente como expresión de esa perspicacia.
Si nos ponemos a buscar más de nuestros predecesores, aquellos que se empapaban de los fenómenos encontrados en la naturaleza, podemos mencionar a Leonardo Da Vinci, Ernst Haeckel, Antonie van Leeuwenhoek, Fibonacci, J.G. Wood y Joseph Paxton. Mediante sus contribuciones en secuencias de números, construcción de máquinas voladoras o palacios de cristal inspirados en el crecimiento de las plantas, nos podemos dar cuenta que siempre hemos buscado esa reminiscencia que ha querido trascender en la innovación en nuestras construcciones y artefactos e incluso ha influido en los patrones para trazar ciudades.
Recursos
-
Formatopdf
-
Idioma:español
-
Tamaño:166 kb