Te siento todas las raíces
Toda rio
Toda fogata
Toda luna
Savia y sustancia, arcoíris y origen de La Esperanza
te siento cuna eres antes, hoy, después, mientras te sigo,
Icelaca cuida nuestro tiempo.
Berta Isabel Cáceres Flores fue una reconocida líder indígena de etnia lenca, ecologista, feminista, defensora de los derechos humanos en Honduras.
Nació en La Esperanza, municipio y cabecera del departamento de Intibucá, Honduras, un 4 de marzo de 1971, 1972 o 1973 (no hay claridad sobre el año). Su madre fue Austra Bertha Flores López, enfermera, partera, humanista y alcaldesa durante tres mandatos de La Esperanza. De ella heredó el liderazgo, la conductas y las prácticas antipatriarcales, anticapitalistas y antiimperialistas.
Se casó con el dirigente indígena Salvador Zúñiga, con tuvo cuatro hijos: Laura Zúñiga Cáceres, Berta Isabel Zúñiga Cáceres, Salvador Zúñiga Cáceres y Olivia Marcela Zúñiga Caceres.
De familia humilde, en su niñez experimentó las injusticias y necesidades a las que fue sometido su pueblo. Uno de sus hermanos fue secuestrado y otro fue baleado y perseguido. En 1992, su madre fue secuestrada por un coronel egresado de la Escuela de las Américas. Su hermana fue prisionera política durante los primeros meses de la presidencia de Roberto Micheletti (2009-2010).
En su adolescencia perteneció a movimientos estudiantiles. En 1993 participó en la fundación del Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras (COPINH), cuyo propósito es defender los derechos de los pueblos nativos de este país. Su activismo ambiental se enfocó en su oposición a la privatización de ríos y proyectos de represas hidroeléctricas, el cual se intensificó tras el golpe de Estado de 2009 que derrocó al presidente Manuel Zelaya y el inicio de una serie de megaproyectos ambientalmente destructivos.
Uno de tales proyectos fue la construcción de la hidroeléctrica Agua Zarca en el río Gualcarque, considerado sagrado por los lenca.