Para abrir los caminos ten fe.
Santo y soldado romano de linaje capadocio que dio su vida por la fe cristiana. Es reconocido por la leyenda del dragón. Su popularidad en la edad media lo llevó a ser venerado en varias creencias cristianas y otras religiones.
San Jorge nació en Lidia, actual Turquía, para entonces Capadocia, una región dominada por el Imperio Romano. Fue hijo de una pareja de agricultores; su madre lo educó en la fe cristiana. Las historias de su vida se encuentran llenas de eventos fabulosos. Según las tradiciones de la época, San Jorge sirvió como primer oficial del ejército del emperador romano y fue príncipe de Capadocia.
La leyenda de San Jorge y el dragón se popularizó en el siglo X en Europa. Esta cuenta que Selena, una ciudad de la actual Libia se encontraba sometida por una bestia, los pobladores aterrorizados tenían que alimentarlo con corderos u ovejas. En un momento empezó a escasear el ganado y el pueblo se vio obligado a ofrendar doncellas sorteadas al azar.
San Jorge llegó a la población cuando la hija del rey había sido seleccionada. El santo, en su caballo blanco, se acercó a la princesa y le preguntó por su tristeza, ella le contó la situación de su comunidad y que iba a ser devorada por el dragón.
En el momento preciso en que el dragón se acercaba a la princesa, San Jorge atravesó el corazón de la bestia con su lanza; la sangre que se precipitó sobre el suelo hizo de repente que germinaran rosas, las cuales fueron obsequiadas a la princesa por parte del santo. La leyenda ha sido interpretada como una alegoría al triunfo del bien sobre el paganismo.
Para el año 303 el emperador Diocleciano emprendió una persecución contra los cristianos, San Jorge declaró que nunca dejaría de adorar a Cristo, por lo cual fue condenado a muerte. El santo fue martirizado con azotes y torturas en el templo de los ídolos, sin embargo, nunca se arrepintió de su fe.