“Debemos construir Polonia en todos los lugares donde estamos, no solo materialmente, sino sobre todo espiritualmente, porque cuando somos espiritualmente fuertes, los asuntos materiales se resuelven por sí mismos.”
Helena Józefa Włodarczak (hermana Rafała) nació el 11 de abril de 1931 en Polonia, el mismo año en que las Hermanas de Santa Isabel, su futura congregación —a la cual se unió en Poznań en 1947—, comenzaron sus actividades en Jerusalén. Desde junio de 1960 inició su trabajo en la Nueva Casa Polaca de la misma ciudad.
Ante el desastre que supuso para muchos niños palestinos sin hogar y huérfanos la guerra de los Seis Días en 1967, la hermana Rafała decidió establecer junto a la hermana Imelda Płotką un lugar de acogida para ellos. Los comienzos de la Casa de la Paz, nombre con el que se conocería este orfanato, no fueron fáciles. Antes de su construcción, las monjas alojaron a los menores en diversas habitaciones rentadas. Compraban la comida con lo que lograban obtener de las funciones que realizaban tocando la guitarra y cantando canciones polacas. Con su gran sentido del humor, la hermana Rafała comenta que no sabía si las personas colaboraban monetariamente por sus cantos o para que callara la guitarra deteriorada. Asimismo, tras adquirir la tierra del emplazamiento del orfanato de las hermanas de Borromeo en el monte de los Olivos, la construcción empezó en 1971 sin los permisos requeridos, lo cual llevó a un pleito legal que amenazó con interrumpir y demoler lo que ya se había erigido. Finalmente, pudieron superar estos contratiempos. La hermana Rafała ocupó la posición de directora desde 1977.
En 2005, la hermana Rafała emprendió la construcción de otro orfanato en Belén, el cual fue inaugurado en 2010. Luego de 52 años de actividades en Tierra Santa, en 2014 regresó a su país, donde prestó sus servicios en el comedor de la Fundación Caritas en Poznań. En 2016 fue galardonada con el distintivo honorífico Zasłużony dla Kultury Polskiej del Ministro de Cultura y Patrimonio Nacional de la República de Polonia. El 28 de junio de 2017 fue condecorada con la Cross Pro Ecclesia et Pontifice en Poznań por el arzobispo Stanisław Gądecki, vinculado a la Conferencia Episcopal Polaca, a petición del papa Francisco. Ese mismo año recibió la Orden Polonia Restituta, una de las más altas distinciones del país, a manos del presidente Andrzej Duda.