En noviembre de 2017 se celebraron los cincuenta años de la Casa de la Paz en Jerusalén, con la participación de diferentes personalidades religiosas y políticas, entre ellas las autoridades de Israel, Palestina y, en especial, el primer ministro polaco, elogiando el trabajo de las hermanas por su gran labor con los niños abandonados del conflicto palestino-israelí. La hermana Rafała dijo en aquella ocasión:
“Llegué aquí en 1961 como misionera. Comenzamos a trabajar con nuestra fundadora, con las personas más pobres y nos sentíamos incapaces de ayudarles y de ayudar a los chicos. Abrimos dos casas para ellos, un verdadero milagro, y todavía hoy este trabajo continúa…”
Actualmente, las Casas de la Paz siguen en funcionamiento con el trabajo comprometido de las hermanas isabelinas. El hogar del monte de los Olivos, con 18 niños, es dirigido por la hermana Benigną Okupniak y la casa en Belén, con 25 menores, por la hermana Szczepaną Hrehorowicz. En total, han ayudado a más de 400 niños. Como símbolo de los servicios prestados, en la casa del monte de los Olivos se han plantado 30 árboles, cada uno con el nombre de un niño salvado de ser abortado.