Mi Dios y mi todo
Religioso italiano del siglo XII, fundador de la Orden Franciscana, las Orden de las Hermanas Pobres de Santa Clara y la Tercera Orden de San Francisco.
Su nombre de bautismo fue Giovanni di Pietro Bernardone. Era hijo de Pietro Bernardone dei Moriconi y la noble Joanna Pica de Bourlémont. Su padre era un burgués comerciante de telas, que viajaba constantemente a Francia. De este aprecio a Francia, se deriva que al santo se le conociera como Francesco o el francesito. Dada su posición social, recibió una buena educación. En su juventud se caracterizó por ser despreocupado, generoso y ambicioso. Hacia sus 19 años, las ciudades de Perugia y Asís entraron en guerra, por lo que fue capturado como prisionero de guerra. Permaneció preso durante un año. Al recobrar la libertad y regresar a su tierra, cayó enfermo.
Tras su recuperación, se incorporó al ejército Galterío y Briena y se apertrechó con una lujosa armadura. Se dice que cuando salió luciendo su nuevo atuendo, se encontró con un caballero que había caído en pobreza y desgracia. Esto lo conmovió y cambió de vestidos con él. Retomó su camino al frente de batalla, pero en el camino volvió a caer enfermo. En un trance de la enfermedad oyó una voz que lo instaba a "servir al amo y no al siervo". Creyó que se trataba de volver a su tierra. Retomó sus antiguas actividades, pero con menor ligereza y empezó a reflexionar sobre el modo en que estaba llevando su vida. En medio de la oración fue encontrando su vocación de servicio.
De esta manera comenzó su proceso de conversión. No solo tuvo que lidiar con el rechazo y las críticas de su padre. También lidiaba con contradicciones internas. Se dice que en una ocasión encontró a un leproso que pedía limosna. Aunque su primera reacción era asco, se inclinó a besar al enfermo, impulsado por el Espíritu Santo.