”El santo de la alegría”
“No es la sociedad nueva la que creara a los hombres nuevos, son los hombres nuevos quienes formarán la nueva sociedad”
Sacerdote italiano que fundó la congregación del Oratorio. Hijo de un notario florentino. Desde 1533 estudió y enseñó teología y filosofía en Roma. Llevó a cabo muchas obras de caridad; incluso llegó a vender sus libros para dar dinero a los pobres y cuidar enfermos. Fue canonizado por la Iglesia Católica, su festividad se celebra el 26 de mayo.
Niñez
Fue uno de los cuatro hijos de Francisco y Lucrecia Neri. Muy pronto perdieron a su madre pero la segunda esposa de su padre fue para ellos una verdadera madre. Su padre, quien era notario, mantenía gran amistad con los dominicos. Gracias a esta influencia, recibió en su niñez muchas enseñanzas religiosas por parte de los frailes dominicos del Monasterio de San Marcos de Florencia. Según su propio testimonio estos padres le inspiraron a la virtud.
Juventud
A los 17 años lo enviaron a San Germano, cerca de Monte Casino, como aprendiz de mercader de un primo de su padre. Al poco tiempo de ello tuvo el llamado y, desde entonces dejaron de interesarle los negocios. Partió a Roma, sin dinero y sin ningún proyecto, confiado únicamente en la Providencia. Se hospedó en la casa de un aduanero florentino quien le cedió una buhardilla y le dio lo necesario para comer a cambio de que educase a sus hijos; quienes se portaban como ángeles bajo la dirección del santo. Felipe no necesitaba gran cosa, ya que sólo se alimentaba una vez al día; su dieta, así como su modo de vida eran muy austeros.
Vocación religiosa
Durante su estadía en Roma permaneció entregado día y noche a la oración. Fue ese un período de preparación interior, en el que se fortaleció su vida espiritual y se confirmó en su deseo de servir a Dios. Al cabo de dos años, hizo sus estudios de filosofía y teología en la Sapienza y en Sant Agostino. Era muy devoto al estudio, sin embargo le costaba concentrarse en ellos porque su mente se absorbía en el amor de Dios.