Jorge Eduardo Loayza Pérez
Ingeniero químico Miembro del Comité Editorial de la Revista Virtual Pro
Profesor principal, Facultad de Química e Ingeniería Química
Universidad Nacional Mayor de San Marcos
Lima, Perú
[email protected]
El futuro de los envases para alimentos
Las innovaciones en el ámbito de los envases para alimentos avanzan a una velocidad nunca antes vista, siendo cada vez más numerosas las novedades que pretenden mejorar la conservación del contenido y facilitar la información al consumidor. No se debe olvidar que, para los fabricantes de envases y los fabricantes de alimentos envasados, la conservación es la primera prioridad, así como respetar el ambiente. Por tal motivo, el desarrollo de materiales biodegradables —aquellos que se descomponen por la acción de agentes biológicos y bajo condiciones ambientales naturales— ha sido el principal objetivo de los fabricantes de envases sostenibles. Así, se pueden encontrar en el mercado envases con aspectos similares a los de plástico que están elaborados a partir de polímeros procedentes del maíz. También se encuentran envases y embalajes de pulpa de celulosa moldeada que ayudan a preservar la temperatura del producto y absorben el exceso de humedad; además, su mayor rigidez minimiza problemas de rotura, brindando seguridad desde la recolección de la materia prima hasta el punto de venta...
Pero, ¿cuáles serán los envases del futuro? Se piensa que los recubrimientos comestibles, ya que, actualmente, la protección de los alimentos se realiza con una mezcla de compuestos químicos sintéticos que no son necesaria o completamente biodegradables. La creciente demanda por parte de los consumidores de alimentos más inocuos y adeptos al medio ambiente ha llevado a los investigadores a desarrollar nuevos sistemas de envasado que prolonguen la vida útil de los productos y que, al mismo tiempo, sean reciclables.
Un recubrimiento comestible es una película transparente que envuelve al alimento y que actúa como barrera frente a la humedad y al oxígeno. Además, puede utilizarse como soporte de aditivos para conservar las propiedades del producto o simplemente para mejorar su apariencia. Se basan en una proteína aislada de suero lácteo (WPI). La aplicación en frutas es la más conocida, aunque es un sistema de envasado especialmente eficaz para conservar alimentos ricos en ácidos grasos polisaturados (susceptibles de sufrir una oxidación), como es el caso de los frutos secos, las carnes o algunos pescados como el salmón.
Recursos
-
Formatopdf
-
Idioma:español
-
Tamaño:163 kb