Energía de la biomasa
Biomass energy
La biomasa comprende toda aquella materia orgánica involucrada en un proceso de tipo biológico. En el caso de la energía se refiere a todos aquellos residuos derivados de procesos industriales, o de desecho urbano y rural que pueden ser aprovechados para la generación de energía. Dicha energía procede directamente del sol, ya que la mayoría de los residuos biomásicos han pasado por un proceso de fotosíntesis. Estos residuos son sensibles a la combustión, generando energía, dióxido de carbono y agua. La biomasa que sirve para dicho propósito se considera biocombustible. Los biocombustibles se pueden dividir según su estado. Los sólidos más conocidos en uso son las materias lignocelulósicas procedentes del sector agrícola y forestal, la leña sin tratar, los residuos frutales y cereales derivados de las cosechas, el carbón vegetal, etc. Entre los líquidos se destacan los ya conocidos alcoholes de fermentación que se destilan y deshidratan para su uso combustible (etanol anhidro para gasolina), y los aceites y esteres derivados (biodiesel). Los gaseosos comprenden el gas de gasógeno, el hidrogeno, el biogás, entre otros. Así, la biomasa constituye una variedad muy heterogénea, y cada una de las tecnologías a implementar y utilizar tiene su especificidad.
Para le aprovechamiento de estas materias primas se requiere un estudio de cada una de sus características. Dos propiedades importantes para su uso como combustible para calefacción son el Poder Calorífico Superior (PIS) y el Poder Calorífico Inferior (PCI), que van a determinar la potencialidad de uso para suplir necesidades determinadas.
La forma específica también es importante; ya sea para aplicación eléctrica o aplicación térmica se requieren unos tamaños y formas concretas, pudiendo ser pellets o briquetas (densidades de 1000 a 1300 kg/m3). Para lograr esto, el material se somete a altas presiones y altas temperaturas para favorecer procesos termoquímicos que favorezcan la cohesión del material.
Esta fuente ha sido de gran uso en los últimos años, principalmente en países del Tercer Mundo, donde se aprovechan estos recursos para la generación de energía, principalmente térmica. Sin embargo, Las Naciones Unidas han determinado que su uso no ha sido el adecuado, llevando consigo graves problemas en erosión del suelo y en daños al ecosistema, además de un desperdicio de biomasa sumamente alto con rendimientos por debajo de lo que podrían llegar a producir en un futuro.
Otra de las alternativas interesantes para suplir las necesidades energéticas es la utilización del biogás. El biogás se obtiene por la digestión anaeróbica; su composición es variable dependiendo de la materia prima y de las condiciones de digestión, pero generalmente sus productos principales son metano (CH4) y dióxido de carbono (CO2), y en proporciones menores oxígeno e hidrógeno. Se utiliza para generar electricidad, teniendo como desventaja la quema del metano, que tiene graves consecuencias como gas de efecto invernadero.
La biomasa mantiene un balance neutro en las emisiones de dióxido de carbono, menos azufre, y una disminución en las emisiones de material particulado; por ello, esta fuente energética, por equilibrio natural, parece ser a futuro una de las más importantes.
El presente documento fue elaborado por Jesús Fernández, y hace parte de una colección llamada Energías renovables para todos de la revista Energías Renovables; se encuentra alojado en el sitio web de Iberdrola Renovables (Madrid, España), compañía que invierte en la implementación de sistemas renovables, principalmente en energía eólica como medio de desarrollo sostenible.
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Idioma:español
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