Situación de los biocombustibles de segunda y tercera generación en América Latina y el Caribe
State of second and third generation biofuels in Latin America and the Caribbean
Según la Agencia Internacional de Energía (ver bibliografía en el documento), la demanda de energía deberá crecer en más de 50% hasta el año 2030. En este escenario, el consumo primario mundial de la energía aumentaría de 14,2 terawatts hora (TWh) en 2003 a 21,6 TWh en 2030 (un terawatt hora es una unidad de energía equivalente a 1000 billones de watts por hora). Naturalmente, ese gran aumento en la demanda de energía tendrá implicaciones directas en la garantía de provisión, costo y sustentabilidad ambiental de su generación. Este escenario ha despertado el interés en el uso de combustibles no fósiles, renovables y menos contaminantes. Aunque el petróleo sea una fuente energética con calidades intrínsecas (relativamente fácil extracción, buena transportabilidad, versatilidad y bajo costo), ese es un producto de la transformación de la biomasa a lo largo de 200 millones de años y su cantidad es finita.
Según el Departamento de Energía de los Estados Unidos (U.S. DOE), en 2020 37,9 billones de litros de biocombustibles serán comercializados globalmente; de estos, cerca de 80% serán producidos en América Latina. La Unión Europea y los Estados Unidos representan la mayor parte de las importaciones de biocombustibles, siendo necesaria la importación de 15,1 billones de litros en 2020 solamente para cumplir el mandato RFS. De hecho, tanto Estados Unidos como la Unión Europea dependerán cada vez más de las importaciones de biocombustibles para cumplir sus mandatos de mezcla, lo que abre una gran oportunidad para la región.
Según Kline et al (ver bibliografía del documento), entre los países con gran potencial para esa finalidad se encuentran Brasil, Argentina, Colombia, México y los participantes de la Iniciativa de la Cuenca del Caribe (Caribean Basin Initiative, CBI).
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