Do Technology-Intensive Activities Drive Industrial Labor Productivity Levels?
¿Las actividades tecnológicamente intensivas impulsan la productividad laboral industrial?
El presente artículo analiza, para 28 países, la contribución de las actividades tecnológicamente intensivas al incremento de la productividad laboral agregada del sector industrial, separando 150 clases industriales en cuatro grupos en función de su contenido en tecnología (Alta, Media Alta, Media Baja y Baja). Tras aplicar una técnica estadística de descomposición de la evolución de la productividad laboral, se encuentra que no existe un aporte significativo de estas actividades al aumento del indicador de eficiencia. Los ejercicios efectuados permiten también corroborar la ausencia de un cambio estructural global en la industria propulsor de los niveles de productividad laboral agregados.
INTRODUCCIÓN
Históricamente, una amplia literatura ha sostenido la necesidad de un cambio estructural que revitalice los niveles de productividad como prerrequisito para el crecimiento económico y el desarrollo. Tanto la perspectiva ortodoxa como diversos enfoques heterodoxos han promovido la viabilidad de orientar los recursos disponibles hacia usos más eficientes a través de transformaciones en la composición sectorial de la economía. Desde un punto de vista, los axiomas neoclásicos defienden la capacidad del mercado para asignar eficientemente los recursos a diferentes usos y entienden la liberalización económica global como una oportunidad para reubicar los factores e insumos productivos hacia usos más rentables (Bhagwati, 1988).
Grossman y Helpman (1991) destacan específicamente la relevancia de la innovación, resultado deliberado de la inversión en investigación y desarrollo industrial, como factor de crecimiento, y constatan que los países especializados en actividades de alta tecnología alcanzan mayores tasas de crecimiento de la productividad. Lucas (1988) va aún más lejos en este argumento, sugiriendo que las medidas de política pública son esenciales para fomentar cambios estructurales que transformen el patrón de especialización productiva a favor de sectores intensivos en tecnología con mejores expectativas para los términos del intercambio internacional.
Asimismo, los enfoques estructuralistas, como el punto de vista de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), subrayan la importancia de generar efectos de derrame, externalidades pecuniarias y tecnológicas y encadenamientos hacia atrás y hacia adelante resultantes del cambio estructural (Cimoli, 2005A). En la tradición de los modelos de cambio estructural con oferta ilimitada de mano de obra, como los modelos de Lewis (1955), Jorgenson (1961) y Fei y Ranis (1961), Furtado (1963), también relacionado con esta escuela de pensamiento, profesa la necesidad de transferir trabajadores de sectores más atrasados, como la agricultura, a sectores modernos (léase: la industria), como primer paso para vigorizar la demanda.
Recursos
-
Formatopdf
-
Idioma:inglés
-
Tamaño:791 kb