Una propuesta para aplicar la inteligencia empresarial en el taller
A proposal for applying business intelligence on the shop floor
La evolución del taller ha sido significativa en las últimas décadas, en las que se han realizado grandes inversiones en infraestructuras, automatización, formación y sistemas de información, transformándolo en un área estratégica para las empresas. En la actualidad, el taller genera una gran cantidad de datos que, por estar dispersos o desorganizados, no se aprovechan en todo su potencial como fuente de información. Ante esta carencia, este trabajo propone la implantación de un sistema de Business Intelligence mediante el uso de herramientas Data Warehouse y OLAP (On-Line Analytical Processing), aplicadas específicamente al taller. El objetivo es desarrollar un sistema que utilice los datos resultantes del proceso productivo y los transforme en información que asista al gestor en la toma de decisiones, con el fin de garantizar la competitividad de la empresa. Se construyó un prototipo con datos simulados para probar la propuesta.
1. INTRODUCCIÓN
El taller, tal como lo conocemos hoy, empezó a tomar forma después de la Revolución Industrial. Antes de ella, la producción de bienes se realizaba básicamente a través de pequeños talleres, que tenían como característica importante el hecho de que el conocimiento sobre el producto final y la forma de fabricarlo estaba asociado a quien realmente fabricaba el producto, es decir, al artesano.
La incesante búsqueda por parte del hombre de mejores condiciones de vida, unida al desarrollo tecnológico, generó nuevas necesidades en cuanto a la calidad, cantidad y precio de los productos, lo que hizo que el antiguo taller diera paso a lo que hoy llamamos industria. En las industrias, un conjunto de hombres y máquinas empezaron a ocupar el mismo espacio en la llamada producción en serie, y con ello se produjo la transferencia de los conocimientos de fabricación del hombre a la máquina. Con la industria, el conocimiento sobre el producto final se separó de la persona que lo producía. Esta separación dio lugar a una nueva clase social que sustituyó al artesano, el proletariado, y a un nuevo espacio que sustituyó a los talleres, el taller.
Hoy encontramos empresas en las que el taller, a diferencia de hace un siglo, está organizado, es limpio y seguro, fruto de grandes inversiones en infraestructuras, automatización y formación. En estas empresas, el taller requiere profesionales cualificados para manejar equipos complejos, buscar mejoras continuas y centrarse en la calidad y la satisfacción del cliente, un enfoque que no existía al principio de la industrialización.
Recursos
-
Formatopdf
-
Idioma:portugues
-
Tamaño:1720 kb