Sistemas de medición del rendimiento: revisión y clasificación de la bibliografía
Performance measurement systems: a review and classification of literature
El objetivo de este artículo es clasificar los sistemas de medición del rendimiento (PMS) en función de los enfoques utilizados. Se revisaron 140 enfoques sobre el tema entre 1980 y 2007. Tras la revisión, los enfoques se clasificaron en función de cinco criterios: en relación con el ámbito; en relación con el tipo de enfoque; en relación con el enfoque; en relación con el nivel de medición; en relación con el grado de complejidad; así como algunas cuestiones complementarias. El entorno de SGI más extendido es el corporativo, sin embargo, en la actualidad, varios enfoques abordan la cadena de suministro, los servicios y el individuo. La mayoría de los enfoques analizados son de tipo práctico, con un enfoque no financiero y en los más diversos niveles de medición y grado de complejidad. Las aportaciones de este trabajo se centran en generar un mejor y sistematizado conocimiento sobre el tema de los sistemas de medición del rendimiento, así como en identificar las tendencias futuras dentro de este tema.
1. INTRODUCCIÓN
Ya antes de la revolución industrial y de la aparición del paradigma fordista-taylorista, los artesanos utilizaban sistemas de medición del rendimiento contable. A principios del siglo XIX, los directores de fábrica tomaban decisiones basándose en información sobre el coste por hora de la transformación de materias primas en productos acabados, particularizada por departamentos e individuos. De este modo, medían la eficacia del proceso y comparaban el rendimiento productivo de cada empleado. Esta información se utilizaba para conceder retribuciones adicionales a los empleados más productivos y fijar objetivos para los demás. A mediados del siglo XIX, los gestores financieros de los ferrocarriles desarrollaron una nueva medida del rendimiento: el índice de explotación, que correlacionaba la relación entre los gastos de explotación y los ingresos. Este índice se utilizaba para medir la eficacia de los gestores locales y la rentabilidad de la empresa. Las fábricas personalizadas utilizaban esta información contable y de producción para determinar los productos y precios de venta más rentables. También en el siglo XIX, Frederick W. Taylor fundó la gestión científica, que sustituyó los métodos empíricos por otros científicos, mediante procedimientos destinados a medir con mayor precisión la cantidad de material, mano de obra y tiempo de máquina necesarios para la producción (KAPLAN; COOPER, 1998).
A principios del siglo XX se desarrolló el indicador del rendimiento de la inversión (ROI), que, junto con otros indicadores financieros, pasó a ser utilizado por los responsables de la toma de decisiones en las grandes empresas para controlar la organización. La mayoría de las organizaciones empezaron a adoptar estos indicadores como único medio de evaluar el rendimiento (JOHNSON; KAPLAN,1987).
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