Manejo del agua lluvia en el campus de la Universidad de América

Water management rain in the campus of the Universidad de América

Se evaluó el uso del agua lluvia dentro de un área definida en el Campus de la Universidad de América, a fin de determinar su posible gestión en una propuesta de aprovechamiento. Se definieron los puntos que podrían servir de almacenamiento del agua lluvia y de las escorrentías naturales a recuperar, teniendo la posibilidad de rehabilitación de tanques existentes. Para la propuesta del aprovechamiento de agua lluvia, se realizaron mediciones y se determinó la calidad y cantidad del recurso pluvial, la cual fue de 36116 L/año que representa un 12,23% de ahorro de agua potable que se utiliza actualmente en dos baterías de baños. Los análisis fisicoquímicos de las muestras representativas de agua lluvia,presentan niveles de turbiedad de 16,73 UNT, de dureza total 1000 ppm y de sólidos totales 700 ppm en parámetros que superan la norma, pero que se puede utilizar para el fin propuesto, además de considerar otros usos como riego de jardines, el diseño de cascadas de aguas artificiales, entre otros.

Introducción

Según la definición oficial de la Organización Meteorológica Mundial, la lluvia es la precipitación de partículas líquidas de agua, de diámetro mayor de 0,5 mm o de gotas menores. Las lluvias torrenciales son de más de 2000 mm al año, de 1000 a 2000 mm al año son abundantes, de 500 a 1000 son normales y de 200 a 500 son escasas. La lluvia depende de tres factores: la presión atmosférica, la temperatura y la humedad, (Vásquez et al., 2012).

El aprovechamiento del agua lluvia, considerada actualmente como bien común ambiental, permite disminuir el consumo del agua potable en usos que no están condicionados por una alta calidad del agua; además de disminuir los riesgos y pérdidas materiales, sociales y económicas por inundaciones y disminuir costos económicos importantes en el consumo del agua potable (Manrique, 2016). Esta ganancia económica, nace no solo por la independencia sobre las redes de acueducto, sino por la ganancia social y ambiental tanto en términos de racionalidad como de responsabilidad sobre el uso de recursos ambientales aprovechados con tecnologías limpias (Pizarro, 2015).

Recurrir a este recurso no es reciente y es una respuesta a los cambios ambientales. Estos se hacen factibles al estar acompañados con políticas que cada vez toma más vigor en el mundo, desde los discursos de conciencia ambiental, se proponen hoy escenarios que permiten visibilizar propuestas concretas y en lo posible integrales como ambientales que contemplan el agua lluvia y disponen de ella a través de acciones concretas de su uso adecuado, conduciendo, por ejemplo, a repensar la planeación de las ciudades actuales, donde el agua lluvia en particular es protagonista que se auto representa, a través de modelos urbanos con nuevas condiciones de paisaje.