Fue llevada tiempo después a una ciudad llamada Gurva, donde se hallaban 2000 nigerianos capturados por el grupo terrorista. Ella dice que hubo días donde se quedó sin comida o tuvo que alimentarse de las sobras de los combatientes.
Dos meses más tarde fue trasladada a un lugar llamado Tilma, donde la marcaron grabandole el número 69 en la espalda —nunca le pareció importante preguntar por qué tal número—. La vendieron a un hombre llamado Bage Guduma, con quien estuvo un periodo de 55 días. Rebeca se frotaba las heces de sus hijos por todo el cuerpo para que su dueño no la tocara, pero los hijos de este la golpearon muchas veces furiosos ante su resistencia. Hubo días en que le propinaron hasta 98 latigazos. Le hicieron cavar un hoyo por tres semanas hasta que encontró agua, luego de lo cual enfermó dos semanas. Rebeca siguió resistiéndose al abuso sexual hasta que le arrebataron a su hijo menor Jonatán y lo lanzaron al lago Chad, donde murió ahogado.
Cuenta que, en algún momento, algunos milicianos del grupo fundamentalista le dijeron que le iban a colocar un cinturón bomba para que se inmolara en un objetivo. Ella lo quería, ya que habia escuchado de mujeres que habían escapado desactivándolo; no obstante, no logró aprender los versículos requeridos del Corán para el día en que le tocaba inmolarse.
Tiempo después la llevaron donde un miliciano llamado Malla. Cuando Rebeca se resistió a dormir con él, fue arrojada a un agujero por dos días sin agua y sin comida. Cuando la sacaron de allí, el extremista la violó ayudado por tres hombres más, quedando luego embarazada. Esto la afligió tanto que llegó a pensar en el suicidio. Sin embargo, la esposa de un pastor (también secuestrada) la persuadió para que no lo hiciera; esta tenía dos hijos que habían nacido en las mismas condiciones.
Rebeca dio a luz sola y adolorida, cortando casi sin fuerza la placenta. Los combatientes llamaron al recién nacido Ibrahim (ella lo llamó Cristóbal después del escape). Malla, el padre, llegó seis semanas después y, aunque a la milicia les gusta que las mujeres tengan hijos para la guerra, le dijo que la vendería nuevamente. Esta situación fue trascendental para que ella tomara definitivamente la decisión de escapar.
Tras las huellas del Nazareno: Rebeca Bitrus - Fuente: HMTelevision
En el 2016, en un momento donde la mayoría de combatientes se escabulleron al saber que se acercaba la campaña militar emprendida por el presidente nigeriano Muhamadu Buhari, Rebeca vio por fin la oportunidad de huir en medio de la confusión del combate de los milicianos contra las tropas nigerianas y los helicópteros de la coalición.
Sobreviví al infierno de Boko Haram – Rebeca Bitrus (Nigeria). Fuente Blog ABC.
Una fe envidiable: Rebeca Bitrus. Fuente YouTube.
Rebeca Bitrus, y sus hijos Zacarías y Cristóbal. Fuente Alfa y Omega.
Rebeca Bitrus sólo tiene 29 años, y los últimos dos los cumplió en manos del grupo terrorista de carácter fundamentalista islámico, Boko Haram. Fuente The Objective.