Juan Carlos Guaqueta
Ingeniero industrial (Pontificia Universidad Javeriana),
Máster en Gestión de Proyectos (Universidad Católica de Chile), Programa de Soluciones Globales (Singularity University) Fundador de AcuaCare (Bogotá, Colombia)
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La sostenibilidad 2.0: el negocio del futuro
La naturaleza es perfecta en su funcionamiento. Cada gota, cada árbol, cada animal tienen un propósito. Y lo que es aún más sorprendente: en diferentes altitudes y en el paso de las estaciones, esta se adapta para seguir manteniendo un equilibrio y desarrollo impecables. Equilibrio y desarrollo... ¡esa es la clave! Cada residuo que genera un proceso natural es el insumo del siguiente, generando incremento en la biodiversidad, mejorando las condiciones de retención de humedad y, posteriormente, creando un ecosistema diverso e inclusivo para las especies que lo habitan. La madre naturaleza se enfría cuando hay calor, filtra contaminantes cuando hay exceso de cargas orgánicas y los animales colaboran para degradar y transformar residuos en abonos y capas vegetales para que todo se vuelva a recuperar: es la máquina perfecta.
Ahora bien, ¿qué pasa si reemplazamos los árboles por fábricas, los animales por personas y las semillas, junto con los residuos, por insumos y desechos?, ¿qué sucede si el ecosistema lo sustituimos por ciudades y la inclusión de especies por la equidad de género?, ¿qué ocurre si suplantamos las estaciones por cambios tecnológicos y la retención de humedad por la gestión del conocimiento?
Lo que aspiramos como sociedad es muy similar a como funciona el planeta sin nuestra intervención. La diferencia crucial, y la razón por la cual no funcionamos armónicamente, es nuestra ambición individual, sin interpretar esta de una forma negativa. El ser humano, y aludiendo a la pirámide del famoso psicólogo Abraham Maslow, busca sustento básico, seguridad, relaciones con otros, tener reconocimiento y autorrealizarse. Todo lo anterior son escalones que las personas quieren ir superando a lo largo de su vida con el propósito de llegar a la felicidad. Sin embargo, en ese proceso en general han estado dispuestas a efectuar lo que se han considerado pequeños pecados para lograrlo. Por ejemplo, si alguien necesita estar seguro y proteger a su familia, es posible que destruya parte de un bosque y mate a los animales peligrosos de la zona para sobrevivir, o que esté dispuesto a contaminar los ríos si eso significa ahorrar dinero con el que pueda pagar los libros de sus hijos.
Recursos
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Idioma:español
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