Si odio los pecados, amo al pecador, y haría mucho por su salvación.
Las hermanas Brontë fueron tres escritoras británicas del siglo XIX. Sus trabajos se destacan por una prosa clara y poco adornada, donde se demuestra una rebeldía declarada hacia la conciencia de clase y la falta de oportunidades para las mujeres. Sus vidas estuvieron marcadas por la época victoriana, la perseverancia y la valentía. Estas mujeres a pesar de factores económicos y sociales, como la imposibilidad de estudiar en la universidad, con sus obras marcaron la historia de la literatura inglesa.
Los Brontë fueron una familia dedicada a la literatura inglesa en el siglo XIX. Estaba conformada por el padre, Patrick Brontë, un pastor anglicano que estudió en Cambridge y era descendiente de una familia humilde de Irlanda. La madre, María Brontë, fue escritora y pintora y tenía una posición social más elevada que la de su marido. La pareja era feliz en medio de la escasez y Patrick escribió varios poemas de amor dedicados a su esposa.
Tuvieron seis hijos consecutivos, conformados por cinco mujeres y un hombre. A los pocos meses de nacer la última hija, Anne, María murió a causa del cáncer. Para la crianza de sus hijas e hijo, Patrick le pidió a su cuñada, Elizabeth Branwell, que viviera con ellos en la casa de Haworth. Las primeras cuatro niñas, María, Elizabeth, Emily y Charlotte, fueron enviadas al internado Cowan Bridge School, dando inicio a su formación educativa. Esta era una institución para niños necesitados, que trabajaba con escasos recursos y trataba con severidad a sus estudiantes.
Las deficientes instalaciones, la pésima alimentación y el maltrato en el internado, derivaron en que las dos hermanas mayores, María y Elizabeth Brontë, murieran de tuberculosis a la edad de once y diez años respectivamente. Patrick preocupado por sus otras dos hijas, decidió que Charlotte de nueve años y Emily de siete regresaran a su hogar.
Los cuatro hermanos Brontë: Charlotte, Emily, Branwell y Anne fueron educados en su casa en medio de limitaciones y austeridad. El padre de la familia fue considerado como un hombre estricto, inflexible, rígido e hipocondríaco, sin embargo, impulsó vehementemente a sus hijos en los estudios literarios y la escritura, siempre con un cariño especial por el niño. Patrick viajaba visitando familias en condición de pobreza, celebraba misas, daba sermones y daba la extrema unción.