Power Quality Problems Caused by Termites on 138-kV Underground Cables

Problemas de calidad de energía causados por termitas en cables subterráneos de 138kV

Este  artículo  discute  problemas  encontrados  en  la operación  de  cables  subterráneos  en  los  sistemas  de  transmisión de CEMIG, con énfasis en las fallas de aislamiento causadas por las   termitas.   Problema   que   ha   sido   la   fuente   de   muchas interrupciones  programadas  y  no  programadas  en  los últimos años,    llevando    a    significantes    costos    de    mantenimiento. Experiencias con las prácticas corrientes planeadas para detectar y  prever  este  modo  de  falla  esta  descrito  en  este  trabajo.  Se establece que nuevos procedimientos son necesarios para mejorar durante  el  funcionamiento,  la  detección  prefalla.  La  mejora  de pruebas  se  espera  que  contribuya  tanto  a  aumentar  la  vida  útil de  los  cables  subterráneos  en  operación,  como  a  reducir  los costos de mantenimiento.

INTRODUCCIÓN

En los años setenta, la CEMIG (Companhia Energética de Minas Gerais) instaló tres sistemas de cables subterráneos de 138 kV en el centro de Belo Horizonte, Brasil. La elección de un sistema de cables subterráneos se apoyó en ventajas como (a) un suministro de energía fiable con un número reducido de cortes, (b) la ausencia de contaminación visual y (c) una mayor seguridad para el personal y la población en general. En general, la expectativa inicial de la compañía eléctrica era obtener un "mantenimiento de coste cero", excepto frente a agentes externos (CEMIG)

Esta expectativa fue confirmada por la primera generación de cables subterráneos utilizados en el sistema de líneas de transmisión.  Su diseño consistía en tres capas metálicas (núcleo, cubierta y armadura) aisladas internamente por papel impregnado de aceite y externamente por una cubierta de PVC. El núcleo y la cubierta eran de cobre, mientras que la armadura, que tenía la función de proporcionar resistencia mecánica al cable, era de plomo.

La exitosa experiencia con la primera generación de cables subterráneos en el sistema de transmisión de Belo Horizonte estimuló una expansión del sistema en los años ochenta. En aquella época, sin embargo, se utilizó un diseño de cable diferente. Consistía en dos capas metálicas (núcleo y cubierta) aisladas internamente por papel impregnado de aceite y externamente por una cubierta de PVC. El núcleo y la cubierta del cable eran de aluminio y aluminio corrugado, respectivamente. Tanto el uso del aluminio como el hecho de que sólo se utilizaran un par de capas metálicas en el nuevo diseño del cable contribuyeron a que éste fuera más ligero y fácil de manipular, especialmente en las curvas. La mayor facilidad de manipulación, los menores costes de producción y la reducción de los costes de instalación indicaban en aquel momento que el nuevo diseño de cable se convertiría en una referencia para el suministro de energía al centro de las grandes ciudades.