Nació el 26 de Noviembre del 1858 en Filadelfia, Pennsylvania, USA. Sus padres, Francis A. y Enma Drexel, eran una familia muy rica. Desde pequeña le enseñaron a utilizar su riqueza generosamente. Su hermana mayor, Isabel, abrió en Pennsylvania, USA, una escuela para huérfanos; su hermana mas joven fundó una escuela para personas pobres de raza negra en Virginia. (Rivero)
Katherine Drexel - Extracto tomado del libro Catolicismo del padre Robert Barron. (Barron, 2011)
Katherine Drexel nació en Filadelfia, el 26 de noviembre de 1858. Su padre era Francis Anthony Drexel, un banquero de renombre internacional y uno de los hombres más ricos de los Estados Unidos. La infancia de Katharine fue idílica, como ella misma afìrmaba. Junto a sus hermanos recibió una magnífica educación en Lenguas, Literatura, Filosofía, Música y Pintura. Vivía en una suntuosa mansión en Filadelfia y veraneaba con familia en una encantadora casa de campo a las afueras de la ciudad. En varias ocasiones durante su infancia realizó grandes viajes por Europa, alojandose en los hoteles más refinados y visitando distintos lugares, especialmente aquellos queridos por los peregrinos católicos. Su padre y su madrastra (la madre biológica de Katharine había muerto justo después de haberla dado a luz) eran católicos devotos, y tenían una capilla en la casa. Casi todas la noches, tras regresar del trabajo y antes de sentarse a cenar, el Sr. Drexel se detenía en la capilla una media hora para orar intensamente. También tres veces a la semana durante la tarde los Drexel abrían las puertas de su hogar a los pobres y a los necesitados dc Filadelfia. Los Drexel inculcaron en sus hijos la convicción, profundamente enraizada en la sensibilidad católica, de que se les había encomendado su riqueza y que esta, por tanto, debía ser empleada para el bien de los demás.
Cuando Katharine tenía catorce años conoció al padre James O'Connor, párroco local dc la zona aledaña a la casa de verano de la familia, quien ejerció una influencia decisiva en su vida. Desde entonces Katharine ya daba señales de gran seriedad espiritual y, bajo la dirección del padre O'Connor, diseñó un meticuloso programa para su crecimiento en la santidad, algo bastante inusual en una adolescente.