Strategies in Fighting Bioterrorism

Estrategias para combatir el bioterrorismo

Todos los países enfrentan la amenaza del bioterrorismo y se necesitan medidas de defensa preparatorias para evitar la destrucción innecesaria de vidas humanas, animales y vegetales. La doctrina en la lucha contra el bioterrorismo debe definir enemigos y las fuentes disponibles de biodefensa. Las estrategias que se derivan de una doctrina contra el bioterrorismo se desarrollan en tres campos: disuasión, inteligencia y prevención. Una estrategia de biodefensa debe definir los tipos de biorriesgos, su estructura y viabilidad, los niveles y las formas de su prevención. La doctrina y la estrategia de biodefensa constituyen una base científica para inversiones eficientes, preferiblemente en la comunidad científica, y luego en infraestructura de salud pública, tecnologías de diagnóstico y finalmente en vacunas y medicamentos.

Estrategia de disuasión

El primer paso en la lucha contra los eventos epidémicos inusuales reales (EUE), es desarrollar modelos pragmáticos para su detección e identificación [1,2]. Al mismo tiempo es la mejor arma contra los engaños. Es necesario desarrollar bases de datos con bioagentes potenciales, así como redes rápidas y precisas para su cotejo con las muestras del foco.

La prevención de los ataques bioterroristas a la manera clásica, mediante el fortalecimiento de la inteligencia para identificar e interceptar a los bioterroristas antes de que ataquen, llega lenta pero seguramente al segundo lugar de importancia. La razón es simple: un terrorista típico o clásico podría ser el único perpetrador, pero un científico de alto nivel es al mismo tiempo una fuente de agentes y un posible perpetrador, como ocurrió en el ataque con el Amerithrax en 2001. Una prioridad debería ser la creación de un cuadro de analistas altamente cualificados y competentes para construir y mantener sistemas de vigilancia biológica (métodos y modelos) a todos los niveles. Lo más barato y eficaz es la inversión en conocimientos y personal (desarrollo de nuevos métodos y modelos). El acceso rápido a datos de diagnóstico precisos y fiables será de la mayor importancia estratégica en un evento sanitario catastrófico. Los datos de laboratorio clínico son muy específicos y fiables, mucho más que los datos sindrómicos o las evaluaciones clínicas de los médicos. Existen tecnologías para desarrollar pruebas de diagnóstico rápidas, fiables y baratas (herramientas de diagnóstico que serán necesarias para gestionar las emergencias de salud pública), pero deben mejorarse continuamente.

Aunque algunos expertos afirman que la forma más poderosa de disuasión es la capacidad de atrapar a un perpetrador y prevenir futuros ataques [3], no estamos de acuerdo con ello. Muchos perpetradores, especialmente los "poco sofisticados", podrían ser suicidas o al menos fáciles de atrapar.

Deberían reforzar la disuasión de los atentados biológicos ampliando nuestra capacidad de reducir las consecuencias de esos atentados (crear capacidad para mitigar las consecuencias de los atentados bioterroristas).