The Controversy over Drone Warfare
La controversia sobre la Guerra de los Drones
El uso de drones o vehículos aéreos no tripulados (UAV) en la guerra contra Al-Qaeda y otros grupos terroristas afiliados a ella se celebraba, hasta hace poco, como una nueva y eficaz forma de guerra estadounidense. La guerra de aviones teledirigidos se promocionó como la respuesta asimétrica de los Estados Unidos a la forma de guerra asimétrica furtiva y a menudo letal de los actores no estatales del siglo XXI. Aunque los drones han existido durante mucho tiempo, son una forma novedosa de guerra y han sido respaldados como revolucionarios por sus partidarios. El Presidente Obama aceptó los ataques con drones en su primer mandato, y el asesinato selectivo de presuntos terroristas ha llegado a definir su presidencia. Pero el uso por parte de los Estados Unidos de aviones no tripulados armados o de vehículos aéreos no tripulados en su guerra contra Al-Qaeda y sus afiliados ha generado un considerable debate tanto en los Estados Unidos como en todo el mundo. Esencialmente, hay dos campos distintos en el debate sobre la evolución de la guerra de aviones teledirigidos contra el terrorismo [1].
Por un lado están los que han argumentado que el uso de aviones teledirigidos armados contra terroristas evasivos es eficaz. Los drones son más baratos que los aviones tripulados y reducen el riesgo para los pilotos. Son más fáciles de mantener que los aviones tripulados y no requieren una gran huella en el suelo en busca de terroristas. "Los ataques de decapitación", se argumenta que llevan a la desorganización y a la desintegración del mando y el control dentro de las filas de las organizaciones terroristas. El propio Presidente Barack Obama ha defendido el uso de aviones teledirigidos en una "guerra justa" de autodefensa contra militantes mortales y una campaña que ha hecho más segura a América. Los funcionarios de la administración Obama han contrastado la relativa precisión, economía y seguridad del programa de drones para los americanos con los enormes costos en vidas y dinero de las dos guerras en Irak y Afganistán [2].
Por otro lado, las críticas a los ataques de drones, particularmente bajo la administración de Obama, han surgido desde las filas de académicos legales, abogados, organizaciones de derechos humanos y gobiernos extranjeros, particularmente de aquellos cuyos ciudadanos son blanco de ataques de drones, a saber, Yemen y Pakistán. El creciente número de víctimas civiles ha planteado la cuestión de la eficacia de los ataques con aviones teledirigidos para matar a los militantes. Según revelaciones de los medios de comunicación estadounidenses, la Agencia Central de Inteligencia no suele tener ni idea de quiénes son los que realmente mueren en la mayoría de los ataques. Otros han sostenido que los "ataques de decapitación" contra dirigentes o comandantes terroristas no han contribuido en nada a reducir la probabilidad de ataques terroristas letales. Si uno se deshace de los líderes terroristas de alto rango, existe la posibilidad de que líderes más inexpertos y con mentalidad de venganza tomen el control y planeen operaciones terroristas aún más letales contra los Estados Unidos. Los ataques con aviones no tripulados han sido descritos por los terroristas capturados como una motivación para sus acciones, incluyendo el fallido ataque a un avión de pasajeros con destino a Detroit en 2009 y el intento de atentado con coche bomba en Times Square en 2010 [3].
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