Biodiversity Change and Developing Disease Surveillance
Cambio en la biodiversidad y desarrollo de la vigilancia de enfermedades
Gran parte de las críticas lanzadas al sistema internacional tras el brote de fiebre hemorrágica del Ébola de 2014 en África occidental, que se cobró más de 11.000 vidas y tuvo importantes consecuencias económicas y sociales, se centró en la naturaleza aislada y reaccionaria de la respuesta. El virus del Ébola es un ejemplo de enfermedad infecciosa emergente, que es un agente patógeno que aparece por primera vez en una población o plantea un nuevo riesgo para esa comunidad. El VIH (virus de inmunodeficiencia humana), el SARS (síndrome respiratorio agudo severo) y el virus Zika son casos recientes [ 1]. El entorno de riesgo asociado con estos peligros se ve acentuado por su novedad en términos de preparación para la salud pública. Por ejemplo, se cree que el brote de SARS de 2003 costó más de 30 mil millones de dólares en daños económicos, debido a las perturbaciones en los mercados económicos, los viajes y las medidas sanitarias preventivas necesarias debido a las características desconocidas y, por tanto, impredecibles del agente patógeno. A pesar de las mejoras en la infraestructura médica global, el número anual de incidentes de EID casi se ha duplicado desde 1940. Aproximadamente el 70% de estas infecciones son zoonóticas, lo que significa que se originaron en huéspedes no humanos. En un foro sobre infecciones emergentes organizado por la Academia Nacional de Ciencias, David Heymann, un destacado experto en la materia, sugirió que se están abriendo "ventanas de oportunidad". Ante el rápido cambio ambiental y social, la "ventana de oportunidad" para contrarrestar el aumento de la EID se está reduciendo. Esta investigación sugiere el uso de la observación de la Tierra desde el espacio como un método interdisciplinario oportuno y necesario para adelantarse a la curva EID, como complemento al riguroso monitoreo in situ y la vigilancia epidemiológica [2 ]. Proponemos que el monitoreo de la pérdida de biodiversidad mediante teledetección en tiempo real podría ser un componente vital del esfuerzo de vigilancia para predecir el próximo brote de enfermedad emergente. En el año 400 a. C., Hipócrates habló sobre la importancia de considerar los efectos de los factores ambientales en la salud humana. Volviendo a este tema, la comunidad de salud pública ha enfatizado la necesidad de una colaboración interdisciplinaria en la vigilancia y respuesta a las enfermedades. Este esfuerzo se ha caracterizado por varios Centros de Operaciones de Emergencia (COE) y una mayor difusión de datos ambientales, animales y de salud humana por parte de profesionales e investigadores en el campo, todo organizado bajo el tema Una Salud.
La base de datos EMPRES (Sistema de Prevención de Emergencias), una iniciativa conjunta de la Organización para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y la Organización Mundial de la Salud (OMS) que se ha implementado en la vigilancia global de la influenza aviar altamente patógena, y el programa de vigilancia de pandemias Predict, piloteado por el Organización Mundial de la Salud (OMS), son dos ejemplos. La Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) con el One Health Institute de la Universidad de California, Davis. A pesar de estos avances, los enfoques científicos y políticos para la vigilancia de enfermedades emergentes siguen siendo esencialmente reactivos [ 3].
Recursos
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Formatopdf
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Idioma:inglés
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Tamaño:272 kb