Editorial Note on Naval Strategy
Nota editorial sobre la estrategia naval
La Armada carece de un método para generar un debate vigoroso y una reflexión sobre el futuro entorno geoestratégico en el que basar las decisiones sobre la forma, la composición y el tamaño de su estructura de fuerzas. En consecuencia, la Armada no ha sido capaz de garantizar que la estrategia esté en el centro del desarrollo del programa. La Armada padece actualmente un grave déficit de estrategia. En la Armada, la estrategia no es un valor institucional. El actual programa "Navy StrategicEnterprise" se basa en la premisa de que el liderazgo institucional no está educado ni equipado para pensar en la estrategia y operarla. La reciente evaluación de Peter Haynes sobre los altos mandos de la Armada en la era de la posguerra fría respalda esta conclusión general. Según Haynes, los altos cargos de la Armada han sido elegidos uniformemente por su experiencia en sus comunidades operativas durante los últimos 50 años.
Más allá de las consideraciones operativas, la Armada concede una importancia mínima al crecimiento educativo e intelectual de su cuerpo de oficiales. Si bien existen numerosas oportunidades para que los oficiales subalternos prometedores amplíen su formación, no se considera que los viajes a tierra para completar estudios estratégicos o de ciencias sociales en instituciones como la Naval Postgraduate School, la Naval War College y universidades civiles externas mejoren su carrera. Dado que los oficiales no obtendrán un informe de aptitud física (FITREP) y pueden verse obligados a desviarse de los itinerarios profesionales ideales, los oficiales y los altos mandos han calificado con frecuencia estas posibilidades educativas de indeseables.
La dependencia institucional de la Armada de las capacidades tecnocráticas y burocráticas en la alta dirección se manifiesta de forma más visible en el reparto de poder intraburocrático del personal de la OPNAV. El N8 es ampliamente reconocido como el elemento burocráticamente más poderoso de la Armada (como demuestran los datos recogidos para este estudio). La mayoría de los altos cargos de la Armada han servido en estas organizaciones en su ascenso en la escala corporativa. Aunque algunos altos mandos han pasado algún tiempo en los N3/N5, estas visitas suelen ser breves y su objetivo es familiarizar a los almirantes con el lado N3/operativo de las cosas. Pocos almirantes permanecen en sus puestos el tiempo suficiente para realizar cambios significativos.
En cierto modo, el desarrollo por parte de la Marina de un grupo de liderazgo centrado en el análisis y sin formación estratégica es una respuesta institucional razonable a las exigencias que le imponen sus amos civiles en la Oficina del Secretario de Defensa y sus patronos en el Congreso. La Marina, al igual que los demás servicios, es la principal responsable de la dotación, adiestramiento y equipamiento de la fuerza antes de entregarla a los mandos combatientes, que la desplegarán siguiendo las instrucciones del Presidente/Secretario de Defensa. Esta enorme responsabilidad requiere un alto nivel de conocimientos programáticos, de gestión y operativos en una empresa compleja
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