“Yo solo creo en el Juicio Final [...] Quiero decir que aquí vivimos en el revés del tapiz Que lo que aquí acontece no tiene ninguna significación; pero que después, en otra parte, todo cobra sentido. Que en alguna otra parte el verdadero culpable tendrá su merecido, aunque aquí la justicia parezca equivocarse y caer sobre el inocente”
El candor del padre Brown (1911)
Gilbert Keith Chesterton fue un consumado escritor y periodista inglés que se valió de diferentes géneros literarios para componer sus obras. Se desenvolvió por igual en diversos campos —literatura, política, historia, crítica social, filosofía, economía y teología— a través de un estilo inconfundible, caracterizado por la consistencia, la paradoja, el ingenio, la modestia y el asombro. Converso al catolicismo, creó varios trabajos de orientación teológica. También fue defensor ardiente del distributismo, una propuesta económica que promueve la división de la propiedad privada en minifundios lo más pequeños posible que debían repartirse en toda la sociedad.
Nació el 29 de mayo de 1874 en Campden Hill —un suburbio de Londres— en el seno de una familia de clase media. Fue hijo de Edward Chesterton, quien trabajó como agente inmobiliario y en la sala de subastas Kensington, y la ama de casa Marie Louise Grosjean. Tuvo dos hermanos, Beatrice (quien murió muy joven) y Cecil, el cual fue en un reconocido periodista de la época y que falleció de nefritis en un hospital francés al finalizar la Primera Guerra Mundial.
Aprendió a leer hasta después de los 8 años. Inició su educación en la preparatoria Colet Court en 1881. En 1887 ingresó a un colegio privado llamado St Paul en Hammersmith Road. Desde allí dejó ver sus habilidades en la escritura ganando el premio Milton de poesía; también participó en la fundación del periódico The Debater. Tras culminar sus estudios secundarios en 1892, decidió volverse agnóstico, se acercó al ocultismo (realizando frecuentemente sesiones con la ouija) y se dedicó a investigar la literatura espiritista y teosófica.
Estudió dibujo y pintura en Slade School of Art de 1893 a 1896, volviéndose diestro en la realización de ilustraciones, algunas de las cuales se emplearon en sus propias obras (como es el caso de Barba Gris en escena) y otras en los libros de su amigo Hilaire Belloc.