Para ser una estrella es poseer el mundo y todas las personas en él. Después de un sabor de la fama, todo lo demás es la pobreza.
Actriz, ingeniera e inventora austriaca, reconocida por ser una de las más grandes estrellas del cine en el siglo XX. Fue considerada la actriz más bella de la historia del séptimo arte. Su inteligencia magistral, enfocada en ingeniería y el sector de las telecomunicaciones, la llevó a concebir la primera técnica de transmisión en el espectro ensanchado, fundamental para la creación del actual Wifi.
Hedwig Eva Maria Kiesler nació 3 meses después del inicio de la Primera Guerra Mundial, en el seno de un matrimonio católico de origen judío de clase media conformado por la pianista Emil Kiesler y el director del banco Creditanstalt Gertrud Kiesler. Creció en medio del distrito artístico de moda de Viena. En su niñez se educó en artes escénicas y danza. Recuerda que el día en que su madre la llevó a ver teatro, se despertó su interés por ser artista de cine. A los 11 años Hedy, era una excelente bailarina que además de tener aptitudes para el piano, dominaba perfectamente 4 idiomas y se le describió como una niña superdotada. Cuando la joven tenía 15 años se enamoró por primera vez de un hombre que era 15 años mayor que ella, sus padres al enterarse la enviaron a un internado para señoritas, donde Hedwig intentó escapar en varias ocasiones, ocasionando que sus padres decidieran que regresaría a Viena para que iniciara estudios de ingeniería. Pero al poco tiempo su pasión por la actuación la llevó a abandonar sus estudios y optar por ingresar a la escuela berlinesa del director de cine y teatro Max Reinhardt.
Luego de formarse en actuación, Hedwig rápidamente fue contratada para participar en pequeños papeles del cine de Viena y ser reconocida como una artista deslumbrantemente bella. Sin mucho esfuerzo, la hermosa joven marcó la historia del séptimo arte vienés. Sin embargo, sus aspiraciones eran mucho más grandes. En 1931 una fotografía del rostro de Hedwig fue publicada en Die Bühne, publicación enfocada en presentar historias de los más importantes artistas austriacos. Hedwing viajó a Berlín la capital del cine europeo para la época que estaba empezando a ser dominada por la cultura NAZI. Por unos meses trabajó en el teatro y el cine de Berlín. Un año después participó en la comedia Man braucht kein Geld (No necesitamos dinero), la película hizo que empezara a ser medianamente reconocida en Europa y Estados Unidos con diversas alabanzas a su belleza por parte de los críticos.