Logística Inversa en la Fabricación de Plásticos en Teresina-PI: Un Estudio de Viabilidad

Reverse Logistics in the Manufacturing of Plastics in Teresina-PI: A Feasibility Study

El aumento del consumo de plásticos conlleva la generación de residuos postconsumo, lo que requiere una atención especial por parte de este sector industrial. Según el principio de quien contamina paga, los fabricantes tienen la responsabilidad de gestionar los materiales que producen. Este estudio examina la viabilidad de introducir la logística inversa en la industria del plástico en la ciudad de Teresina, capital de Piauí, Brasil. Se visitaron nueve industrias que producen plásticos. Se entrevistó a los directores de dichas industrias para hablar sobre el proceso de producción, las materias primas utilizadas y su origen, y se les preguntó sobre la posibilidad de reciclar los residuos postconsumo para reutilizarlos en la cadena de producción y/o en el negocio. Se constató que la aplicación de la logística inversa es una realidad lejana para el sector. La falta de un programa consolidado de recogida selectiva y la ausencia de una legislación efectiva permiten que las industrias no opten por implantar procesos de logística inversa. El futuro establecimiento de la logística inversa en el sector de plásticos y caucho en Teresina-PI depende del aumento de las actividades de investigación e innovación tecnológica, además de la creación de un mercado para los productos reciclados.

INTRODUCCIÓN

La cadena de producción petroquímica y procesamiento de plásticos está compuesta por tres generaciones: los productores de primera generación (crackers) que fraccionan nafta (un subproducto del proceso de refinación de petróleo) o gas natural en productos petroquímicos básicos como olefinas y aromáticos. Las unidades de segunda generación producen resinas termoplásticas como polietilenos (de alta, baja y lineal densidad) y polipropileno a partir del procesamiento de productos primarios como estireno, acetato de vinilo, entre otros[1].

Según la Asociación Brasileña de la Industria de Plásticos (ABIPLAST)[2], el consumo aparente de artefactos plásticos, obtenido sumando la producción total más las importaciones y restando las exportaciones totales, alcanzó una cifra significativa de 5,298 mil toneladas en 2008. Comparado con el año 2000, el consumo de plásticos procesados creció acumulativamente un 33%.

Según la Agencia Brasileña de Desarrollo Industrial (ABDI)[1], los tipos de polímeros más consumidos son polietilenos, polipropilenos, cloruro de polivinilo, poliestirenos, poliésteres y poliuretanos. La mayoría de los plásticos procesados por la industria están destinados al sector de embalajes en general, productos de corto ciclo de vida y altamente desechables, una de las principales preocupaciones ambientales de la sociedad moderna.