Las membranas de celulosa bacteriana suelen ser producidas por la bacteria Gluconacetobacter xylinus en un medio de cultivo rico en carbohidratos. Estas membranas consisten en una red tridimensional de nanofibras de celulosa de alta cristalinidad (entre el 60% y el 90%). Presentan notables propiedades mecánicas similares a las de los metales, lo que las hace adecuadas para compuestos de alto rendimiento en optoelectrónica [1, 7].
Las nanofibras de BC son conocidas por su mínima dispersión de la luz y su pequeño coeficiente de expansión térmica, características cruciales para los rellenos de los dispositivos optoelectrónicos [1, 2]. Recientes investigaciones se han centrado en mejorar la transparencia óptica del BC incorporándolo a diversos polímeros biodegradables como el poli (ácido L-láctico) (PLLA), el quitosano y el poli (3-hidroxibutirato) (PHB) [8-10]. En concreto, la combinación de BC con PCL ofrece ventajas debido a la naturaleza hidrófoba de la PCL, su estructura semicristalina y su buena solubilidad en disolventes orgánicos. La PCL también presenta compatibilidad de mezcla con otros polímeros, lo que la hace adecuada para aplicaciones biomédicas [12].
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Idioma:inglés
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