Creer que un cielo en un infierno cabe, dar la vida y el alma a un desengaño; esto es amor, quien lo probó lo sabe.
Félix Lope de Vega Carpio fue un poeta y dramaturgo del siglo de oro de la literatura española. Es considerado como uno de los más grandes escritores de la literatura universal. Reconocido como el Fénix de los ingenios, escribió más de mil obras con las que revolucionó el teatro y fue elegido como el máximo exponente del teatro barroco español. Entre sus escritos más relevantes se resaltan Fuenteovejuna, El perro del hortelano, El caballero Olmedo, La dama boba y El castigo sin venganza.
Félix Lope de Vega Carpio nació en la capital de España, en el seno de una familia hidalga y humilde. Hijo de Francisca Fernández Flórez y Félix del Carpio, un hombre que se dedicaba al bordado, y hermano de Francisco, Juliana, Luisa y Juan. Sus padres eran procedentes de las montañas de Cantabria. Gran parte de su niñez la pasó en la casa de su tío abuelo paterno, don Miguel de Carpio, el cual por ese tiempo era Inquisidor de Sevilla. A la edad de cinco años, Lope ya leía textos en latín y castellano, también inició la composición de sus primeros versos. Efectuó sus estudios en el reconocido Colegio Imperial de los jesuitas. A la edad de doce años empezó a escribir sus primeras comedias, por esta época corresponden El verdadero amante y La pastoral de Jacinto.
Lope de Vega poseía un talento único para la escritura que, según él, era innato. A la edad de quince años ingresó al colegio de los Manrriquez de la Universidad de Alcalá de Henares. Sin embargo, no obtuvo ningún título académico debido a su actuar desordenado e indisciplinado. Con esto se destaca que sus protectores optaron por cortar los gastos en su educación, por lo cual, Lope empezó a trabajar como secretario de aristócratas y grandes personajes. Su curiosidad y amor por el conocimiento lo llevaron años más tarde a estudiar astrología y matemáticas con Juan Bautista Labaña, cosmógrafo mayor de Felipe II, y Artes liberales con Juan de Córdoba. Lope de Vega se distinguió por su precocidad en el aprendizaje, en el tiempo en que escribió sus obras y en sus relaciones amorosas. En 1580 sostuvo su primera relación amorosa con María de Aragón, con quien tuvo su primera hija, desgraciadamente para la época una gran cantidad de niños y jóvenes morían a los pocos años de haber nacido, tal fue el caso de su hija Manuela, la cual murió antes de cumplir quince años.