Sobre Los nocturnos de Álvaro Mutis
About Los nocturnos de Álvaro Mutis
Esculcando en la obra poética de Álvaro Mutis encontramos diez nocturnos. El primero de ellos pertenece a su libro Los elementos del desastre, publicado en 1953. Los dos siguientes pertenecen al libro Los trabajos perdidos, publicado en 1964. Estos tres primeros Nocturnos hacen parte de la temática que Mutis ha denominado “Tierra caliente” y que en sus propias palabras tiene que ver con “el café, el trapiche, el podrirse, de corromperse, del continuo uso que produce el trópico”. Tal vez sus intenciones se resumen en la afirmación del poeta cuando dice que el trópico “más que una geografía es un estado espiritual”. Lo bucólico es inmensamente palpable en estos tres Nocturnos, contrario a lo que se percibe en los siete restantes, publicados en 1987 en su libro Un homenaje y siete nocturnos. En estos últimos se siente el paso del tiempo en el autor; de lo terreno y material, el poeta pasa a buscar algo menos tangible en estos siete nocturnos.
INTRODUCCIÓN
En el primero de ellos, Mutis establece una analogía, a través de imágenes llenas de belleza, entre la luz, una llama, que busca abrirse espacio en la más profunda oscuridad, y las palabras, que buscan su lugar exacto en el poema.
En el segundo nocturno, titulado “Nocturno en Compostela”, Álvaro Mutis deja ver su gusto por los temas y personajes históricos. A manera de oración, el poeta le habla al Santo de Galicia, le reitera su respeto y le dice de su aceptación de un orden establecido y sagrado que siempre se impone después de andar la tierra y ejercer muchos oficios.
El tercer nocturno, sin título, nos habla de la noche y de los sueños, de cómo ella se va apropiando del espacio para imponer sus propias reglas, y también para otorgar premios, los cuales vienen en forma de sueños, y a través de ellos, los recuerdos. El viaje por los sueños es un privilegio que otorga la noche, “donde el placer se nos viene encima con la felina presteza de lo que ha de perderse”. La noche tiene sus propios paisajes hechos de agua, tiene radas y dársenas, y “algas ansiosas”. Pero la noche requiere de un rito para viajarla; dice el poeta que los que la recorren sellan con ella un pacto, amplio y sin reglas ni límites, “es más bien como un dejarse llevar por la corriente”. Más hay que estar atentos en el viaje “porque la noche misma va dejando trampas por las que podemos escapar de repente y es en el trabajo de presentirlas y evitarlas cuando corremos el riesgo de perder lo mejor de la jornada”. Sin embargo, todo es un engaño, porque inevitablemente siempre sufrimos el regreso.
Recursos
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Formatopdf
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Idioma:español
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Tamaño:443 kb