La lectura: placer de los estudiantes
Reading: students pleasure
En este artículo se presentan los resultados de una investigación realizada con estudiantes de bachillerato en un municipio de Boyacá, Colombia, con el objetivo de fomentar la lectura como parte fundamental de la formación integral de las personas. En la fundamentación teórica se destaca la importancia de concebir la lectura como un ejercicio placentero. Asimismo, los resultados obtenidos permiten cuestionar las ideas generalizadas que opacan el valor artístico y placentero de la lectura. En conclusión, se evidencia que las estrategias para fortalecer la lectura no son desconocidas ni complejas, pero requieren actitudes específicas como reconocer los gustos individuales de los estudiantes y replantear la lectura obligatoria de ciertos libros.
INTRODUCCIÓN
Es común que se escuchen críticas en relación con los bajos niveles de lectura de los estudiantes, así como es infrecuente que se escuchen propuestas dirigidas a propiciar la lectura por medio de estrategias que involucren el placer y el gusto de los alumnos. De hecho, en el contexto académico, cuando se habla del placer en la lectura, es casi inevitable que los textos propuestos tengan mucha más relación con el gusto de los profesores que con el de los discentes. Ahora bien, aunque no siempre los gustos literarios del docente sean similares a los de los estudiantes, es posible que el docente, con base en su experiencia como lector (experto o aficionado), sea el que invite a leer por medio de la presentación breve de diferentes libros. Sin duda, puede asegurarse que un estudiante promedio no sentirá interés por leer todos los libros que el profesor mencione, pero habrá uno o varios libros que despierten el interés y ese será el que un estudiante podrá leer con placer.
García Garrido sostiene que:
En todo el mundo parece haberse abierto la convicción unánime de que a los niños, a los adolescentes y a los jóvenes de hoy no les gusta leer; más todavía: la convicción de que un alto porcentaje de ellos odian la lectura, la evitan, la sustituyen siempre que pueden por otro modo de información, de ocupación, de entretenimiento. (219)
Es una generalización muy compartida, mas no toma en cuenta qué es aquello que los jóvenes no quieren leer.
Una analogía sobre este tema podría exponerse con la televisión: quizá a los estudiantes de bachillerato les guste ver televisión, pero no todos quieren ver solamente programas educativos; algunos prefieren las películas de acción; otros, las de suspenso; otros descansarán viendo novelas... En definitiva, con la analogía del libro y la televisión, se aclara la posibilidad de un estudiante que sí querría leer, pero no aquellos libros que, quizá por considerarlos clásicos, son los que se asumen como casi obligatorios en los diferentes niveles de educación. De hecho, si se quiere fomentar el hábito lector, debe acudirse al placer de la lectura; luego, cuando sea un placer, será más fácil que lo clásico también sea parte de una actividad que, de por sí, ya es placentera.
Recursos
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Idioma:español
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