“Mira esta serpiente gigantesca: es el río Magdalena. Yo me preocupo por interpretar estos grandes temas geográficos y telúricos, porque tengo la intuición de que han de influir, subconscientemente, cuando pintemos al pueblo nuestro. Este ha hecho, en lo profundo de su ser, inmensas reservas espirituales y humanas: ha sido influido por las grandes praderas americanas; por la estructura de los Andes; conoce la flora de nuestras selvas y también lo animales. Esa experiencia milenaria aflora de vez en cuando en las artes plásticas como ha sucedido con las esculturas de San Agustín, de los mayas y aztecas, y como parece que está saliendo en algunas de nuestras obras pictóricas. El grave peligro es que esas cosas son muy combatidas y, en general, todo cuanto huela a nacionalismo artístico..."
”Conversaciones con Pedro Nel Gómez. Publicado en el diario El Tiempo, 16 de agosto de 1992
Ingeniero civil, arquitecto, urbanista, artista plástico, innovador y filósofo, Pedro Nel Gómez Agudelo —artista visionario que apreció la identidad cultural colombiana enmarcándola en sus obras—fue uno de los muralistas más reconocidos del siglo XX.
Nació en Anorí (Antioquia, Colombia) el 4 de julio de 1899. Fue hijo de Jesús Gómez González, liberal radical, simpatizante socialista, empresario de minas, consejero de estado y congresista, y de María Luisa Agudelo, ama de casa. Desde su infancia sintió una gran atracción por el arte, por lo cual empezó desde muy joven a elaborar sus primeras pinturas. Inició estudios de dibujo y pintura en la Academia de Bellas Artes de Medellín con los profesores Humberto Chávez y Gabriel Montoya.
Se graduó de bachillerato en el Liceo de la Universidad de Antioquia y cursó estudios de ingeniería civil en la Escuela de Minas de Medellín, donde se graduó en 1922. Luego viajó a Francia y a Holanda para realizar estudios de pintura. En 1926 ingresó en la Academia de Bellas Artes de Florencia, adquiriendo gran experiencia durante el tiempo que estuvo; allí conoció a Giuliana Scalaberni, con quien contrajo matrimonio y tuvo ocho hijos: Germana, Giuliano, Ítalo, Leonardo, Clío, Etión, Máximo y Vladimir. Durante su estadía en Italia (1925-1930) aprendió la técnica del mural al fresco, que luego adaptó a las condiciones del trópico en Colombia.