Jorge Eduardo Loayza Pérez
Ingeniero químico Magíster en Economía del Medio Ambiente y Recursos Naturales
Profesor principal, Facultad de Química e Ingeniería Química, Universidad Nacional Mayor de San Marcos Lima, Perú
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Reforestación y restauración de zonas naturales
Los bosques naturales son considerados como parte de la biósfera, es decir, aquel lugar de nuestro planeta capaz de albergar a la biomasa animal y vegetal. Su sustrato es el suelo, el cual debe tener características y propiedades aptas para sostener especies forestales. La sucesión ecológica ha hecho posible que determinadas especies puedan poblar sitios específicos, a los cuales se les denomina suelos con “vocación forestal”.
Muchos errores se han cometido tratando de cambiar el uso de un suelo forestal con la finalidad de que se transforme en uno agrícola. Por lo tanto, la problemática del bosque natural está íntimamente ligada a la del suelo y a la disponibilidad del agua. Los bosques naturales deben ser conservados no solo por los árboles, arbustos y flora que lo comprenden, sino también por la fauna que en ellos habita. La fauna y el bosque forman un complejo inseparable donde se relacionan sus diversos componentes y hacen posible la convivencia armónica de sus poblaciones.
La biodiversidad de una región o de un país depende de los bosques naturales. A nivel mundial se identifican países megadiversos que deben luchar por la conservación de sus bosques y la protección de áreas naturales vulnerables.
Los eventos que afectan los bosques pueden ser de origen natural o humano. Los primeros, tales como un incendio forestal o una erupción volcánica, no se pueden evitar al igual que sus consecuencias; solo se pueden prevenir. En contraste, es posible impedir o atenuar las secuelas de las acciones antropogénicas a través de medidas de prevención y mitigación adecuadas. Con el aumento del número de habitantes a nivel mundial, tales acciones son las que más preocupan; en efecto, las actividades industriales no sostenibles tienden a depredar los bosques mediante la tala indiscriminada de especies forestales, la extracción de minerales y combustibles fósiles del subsuelo, el vertimiento de residuos, la inundación de terrenos para la construcción de embalses y presas, el crecimiento de las ciudades, la construcción de carreteras, los accidentes, así como el hecho de ganar terreno para la agricultura o la ganadería. En países pobres, los bosques se destruyen para la obtención de leña o la elaboración de carbón vegetal...
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