Domestic wastewater treatment plants as sources of macrolide-lincosamide-streptogramin B- and penicillin-resistant Staphylococcus aureus in Brazil
Plantas de tratamiento de aguas residuales domésticas como fuentes de Staphylococcus aureus resistente a macrólidos-lincosamida-estreptogramina B- y penicilina en Brasil
Staphylococcus aureus es una de las principales bacterias que afectan la salud humana. Su susceptibilidad reducida a los antibióticos betalactámicos ha impulsado el uso clínico de macrólidos y lincosamidas. Sin embargo, la presencia de cepas resistentes a macrólido-lincosamida-estreptogramina B (MLSB) de S. aureus es cada vez más común. Las plantas de tratamiento de aguas residuales (PTAR) son la principal fuente antropogénica de determinantes de resistencia. Sin embargo, pocos estudios han evaluado la importancia de este entorno en la diseminación de cepas de S. aureus resistentes a MLSB. Nuestro objetivo fue evaluar el impacto de una PTAR doméstica en MLSB y la resistencia a la penicilina en S. aureus en el sureste de Brasil. De los 35 aislamientos analizados, el 40,6% eran resistentes a la penicilina. La resistencia a la eritromicina (8,6%) y quinolonas (2,8%) fue menos común. A pesar de la baja tasa de resistencia a la clindamicina (2,8%), muchos aislamientos mostraron sensibilidad reducida a este antibiótico (57,1%). Con respecto a los fenotipos de resistencia de los aislamientos de estafilococos, la resistencia inducible a MLSB (prueba D positiva) se encontró en dos aislamientos. Además, 27 aislamientos de S. aureus mostraron la capacidad de producir penicilinasa. En este artículo informamos, por primera vez, la importancia de las PTAR en la difusión de la resistencia a MSLB entre S. aureus del sureste de Brasil.
Introducción
Staphylococcus aureus es uno de los principales patógenos bacterianos de interés médico [1]. Aunque se calcula que aproximadamente el 20% de la población humana general está colonizada de forma persistente por S. aureus, este microorganismo puede causar una amplia variedad de complicaciones clínicas que van desde infecciones superficiales autolimitadas hasta bacteriemias o neumonías graves [2]. Para el tratamiento de estas infecciones se utilizan varias clases de antimicrobianos, como los β-lactámicos, los macrólidos, las lincosamidas y las quinolonas [3]. Además, con la aparición de cepas resistentes a la penicilina y a la oxacilina desde la década de 1960, también se ha hecho común el uso de la vancomicina (glicopéptido). Las cepas de S. aureus resistentes a la meticilina (SARM), que son resistentes a todos los β-lactámicos, se detectaron inicialmente sólo en entornos hospitalarios [4]. Sin embargo, desde 1990 se han descrito informes de cepas resistentes dentro de la comunidad [5]. En Estados Unidos, la tasa de mortalidad por infecciones asociadas al SARM supera a las causadas por el VIH/SIDA y la tuberculosis juntas [6].
Recursos
-
Formatopdf
-
Idioma:inglés
-
Tamaño:307 kb