Una predicción computacional de los posibles inhibidores de la principal proteasa del SARS-CoV-2 que se encuentra en las hierbas medicinales argelinas
A computational predicting of possible inhibitors of the main SARS-CoV-2 protease found in Algerian herbal medicines
La COVID-19 es una enfermedad vírica zoonótica causada por el virus SARS-CoV-2. Su brusco brote ha supuesto un enorme reto para los sistemas de salud pública debido a la rápida propagación del virus. En este sentido, se ha trabajado mucho en la búsqueda de sustancias procedentes de plantas herbáceas que puedan utilizarse contra este virus. Con el fin de investigar las interacciones moleculares entre metabolitos naturales de plantas herbáceas argelinas y la proteasa Mpro del SARS-CoV-2, en este estudio se utilizaron el acoplamiento computacional y la dinámica molecular, así como el grado de similitud del fármaco y la predicción in silico ADMET. La warfarina y el catalponol se unen preferentemente a un bolsillo del sitio activo de la Mpro SARS-Cov-2 formado por los residuos His 41 a Glu 166 y Leu 27 a His 163 con una energía de unión relativamente baja de -7,1 y -6,6 kcal/mol respectivamente. El ensayo molecular dinámico estableció además que sólo la warfarina conseguía permanecer en el sitio activo. Los resultados sugieren que la warfarina puede ser un candidato interesante para el desarrollo como tratamiento médico de la COVID-19 y se proponen más investigaciones, sin desdeñar su toxicidad que merece ser bien estudiada.
INTRODUCCIÓN
El 17 de noviembre de 2019 se reconoció por primera vez la infección por coronavirus (SARS-CoV-2) en Wuhan, China. Al cabo de un mes, se notificaron 27 casos el 15 de diciembre y 60 el 20 de diciembre, y desde entonces esta enfermedad conocida como COVID-19 se ha extendido por todo el mundo [1, 2]. En este sentido, las principales variantes de coronavirus en humanos son el Coronavirus del Síndrome Respiratorio de Oriente Medio (MERS-CoV) y el Coronavirus del Síndrome Respiratorio Agudo Severo (SARS-CoV-1) que, a través de infecciones graves, afectan al sistema respiratorio y pueden desembocar finalmente en una pandemia que cause una importante cantidad de muertes [3-5]. En marzo de 2020, la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró el COVID-19 como pandemia y declaró una emergencia de salud pública [5]. Hasta ahora, la principal fuente de transmisión de COVID 19 han sido los pacientes con neumonía [6]. Además, hasta donde sabemos, la infección por coronavirus aún no tiene un tratamiento específico [3, 7]. No obstante, algunos tratamientos han incluido antiinflamatorios, broncodilatadores, anticoagulantes, antiparasitarios, antipalúdicos y antivirales [1, 8-12]. No obstante, la OMS dejó de utilizar los dos medicamentos antipalúdicos, la cloroquina y la hidroxicloroquina, como tratamiento de la COVID-19 debido a sus efectos farmacológicos y toxicológicos secundarios [1, 8, 10-12]. De hecho, hay muchas formas, directas e indirectas, en las que estos fármacos podrían inhibir el SARS-CoV-2, pero una de ellas es cogitando que el fármaco sea capaz de acoplarse a un sitio activo específico en la proteasa principal (Mpro) del SARS-CoV-2, que se ha identificado como esencial en el ciclo vital de este virus, incluida su replicación [13].
Recursos
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Idioma:español
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