Mente, ambiente y paz
Mind, environment and peace
Usando el concepto de modelo mental, se estudia la influencia de las ideologías dominantes sobre la situación política en Colombia. Se plantea una posible acción política del ambientalismo mediante alianzas con el neoconservatismo populista, el liberalismo pragmático, la ecología política, El etnicismo y lo local.
1. INTRODUCCIÓN
Hace tres años escribí que era evidente que las características biofísicas del territorio colombiano habían favorecido la intensidad y la permanencia del conflicto armado y que, para ser optimistas, había que indagar por aquellas características biofísicas, incluyendo las de carácter estético, que pudieran dar oportunidades a la paz. El gobierno actual en la publicación titulada «2019 Visión Colombia II Centenario» acepta que «...el territorio que tenemos, con una de las geografías más abruptas del planeta... genera dificultades enormes para la provisión de bienes y servicios públicos como seguridad y justicia...». Sin embargo, la solución general que adopta ese documento se fundamenta en considerar el territorio de Colombia como «privilegiado», dotado de «recursos gigantescos e inexplorados», los cuales pueden y deben ser vendidos en los mercados internacionales. Es evidente que en el seno del gobierno, junto a una visión realista de la situación, perdura la visión simple tradicional de la economía neoclásica. Esa doble y contradictoria percepción de la realidad es también común en los medios masivos de comunicación e inclusive en los estudios académicos.
Las múltiples visiones del territorio y de los posibles futuros de la nación se amplían si consideramos las posiciones extremas en la izquierda y en la derecha. En la izquierda marxista, el territorio es un espacio que se debe y puede conquistar y controlar para hacer la revolución. En la extrema derecha, el territorio es característico y fundamental de una situación socioeconómica que se debe conservar como está, a todo costo. En las culturas indígenas y, hasta cierto punto, en las campesinas y en las afrocolombianas, el territorio mas que un obstáculo, que un conjunto de recursos mercadeables, que un activo de capital o que un espacio político, es un hábitat, un terruño que se ama porque es un buen vividero. En esta ponencia, procuraré hacer claridad sobre las circunstancias estructurales y funcionales que conducen a estas visiones tan radicalmente opuestas y tan ligadas a las circunstancias del conflicto armado actual. Para hacerlo he escogido considerar las interrelaciones entre mente y ambiente, interrelaciones que apenas comienzan a explorarse en los estudios ambientales.
Para concentrarme en estas interrelaciones utilizaré el concepto amplio de modelo mental (van Dijk, 1983, 98), como una «interfase entre representaciones socialmente compartidas y prácticas personales...». Según Theo van Dijk y otros representantes de las ciencias cognitivas, los modelos mentales son «esencialmente personales y subjetivos...», representaciones en la memoria de acontecimientos vividos y de episodios e ideas sobre las cuales se ha escuchado o leído. Entre los diferentes tipos de modelo mental, van Dijk distingue los «modelos de contexto» y los define como «el evento comunicativo o situación en que el discurso corriente se produce o se recibe». Al ampliar la noción de «situación» a lo ambiental y a lo territorial, nos enfrentamos a la influencia que todo lo que lo rodea tiene en la construcción del modelo mental de cada individuo.
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Idioma:español
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