IV Conferencia sobre gestión del riesgo en el Valle de Aburrá. Declaración de Medellín por una gestión efectiva del riesgo en el Valle de Aburrá

IV Conference on risk management in the Aburra Valley. Declaration of Medellin for effective risk management in the Aburrá Valley

Durante los días 27 y 28 de septiembre de 2007, se realizó en Medellín la IV Conferencia sobre la gestión del riesgo en el Valle de Aburrá, bajo el título de “Villatina 20 años después”. 

Este evento académico conmemoró el deslizamiento de Villatina, que ocurrió el 27 de septiembre de 1987, cegó la vida de más de 500 personas, dejó más de 2000 damnificados y destruyó varias manzanas construidas en la ladera del Cerro Pan de Azúcar. Además, intentó evaluar el estado de la gestión del riesgo en los últimos veinte años y mantener, para las nuevas generaciones, la memoria de un evento dramático y del riesgo que amenaza a muchos habitantes del Valle de Aburrá. Los asistentes al Foro, luego de dos días de reflexión, aprobaron las siguiente conclusiones y recomendaciones, con la esperanza de que sean de utilidad para todas las entidades y personas responsables de la prevención, atención, mitigación y recuperación de desastres, y contribuyan a la eficiencia de la lucha permanente por un mejor futuro común para todos. 

CONCLUSIONES 

Veinte años después de la tragedia de Villatina, se ha avanzado significativamente en procesos de prevención, atención, mitigación y recuperación de desastres, gracias a actividades de investigación, educación y participación. 

Sin embargo, las acciones resultan insuficientes ante la acelerada y cambiante dinámica del riesgo natural, antrópico y tecnológico, inherente al crecimiento urbano y a procesos de ocupación y densificación de zonas de ladera o cauces de corrientes , por población e infraestructura altamente vulnerables. 

En este contexto, es pertinente recordar y evaluar gestiones anteriores como las que siguieron la tragedia de Villatina o las que están asociadas a otros desastres como los de La Estrella en 2005, de Bello en 2006 o Medellín en 2007, y es necesario buscar anticipar posibles nuevos fenómenos de origen natural y antrópico. 

Así, iniciativas como el PRIMED y el actual “macroproyecto de intervención integral en Moravia” deben analizarse para aprovechar sus aciertos y evitar sus errores. 

Es fundamental que los municipios mejoren sus políticas de intervención, entendiendo que la mejor inversión debe impedir o mitigar los riesgos; que las autoridades ambientales asuman sus responsabilidades en el tema; que, para ello, se apoyen en las oficinas de planeación y de control y en las curadurías responsables de la aplicación de las normas y de la implementación de mecanismos de control a la ocupación del territorio; y que, conjuntamente, aborden las dificultades normativas en materia de gestión del riesgo. 

Las Universidades, a través de sus programas de investigación, docencia y extensión, deben vincularse al estudio de la problemática y a los procesos de gestión del riesgo. 

La participación de las comunidades es igualmente fundamental y requiere fortalecerse mediante diferentes políticas y programas regionales, locales y barriales. 

Nuevos actores, hasta ahora poco vinculados a la problemática, como las compañías de seguros y riesgos profesionales, los grupos económicos, las entidades comerciales e industriales, entre otros, deben profundizar en sus políticas de seguridad interna y extenderlas a la sociedad en general.