2da Parte: geografía, sociedad y espacio. Capítulo XIII: el espacio como instancia social
Part 2: geography, society and space. Chapter XIII: space as a social instance
Los que consideran la sociedad como un sistema o una estructura (o como una totalidad) cuando tratan de definir las instancias, excluyen el espacio. En esto y por más increíble que parezca, teóricos marxistas hacen buena compañía a los pensadores «burgueses’’.
Parsons y Smelser (1956: 295), por ejemplo, proponen una división del sistema social en cuatro subsistemas: económico, político, integrativo y mantenedor de los padrones. El espacio no es considerado. Cuándo, por otro lado, nos volvemos hacia el pensamiento marxista, encontramos matices en el enunciado de la clasificación, pero la ausencia de referencias al espacio, es prácticamente general. En su libro sobre cuestiones fundamentales del marxismo, Plekhânov, que tanto había exagerado el papel de la naturaleza en la orientación de la vida social, distingue cinco niveles indispensables en la definición de la sociedad: 1) el estado de las fuerzas productivas; 2) las relaciones económicas que esas fuerzas condicionan; 3) el régimen social y político asentado sobre esas «base» económica; 4) la sicología del hombre social, en parte determinada por la economía, en parte por todo el régimen social y político que sobre ella se edifica; y 5) las ideologías diversas, que esa sicología refleja. Según Jakubowsky que él cita (1975: 96) sobre el término sicología social, Plekhânov incluye aparentemente «la relación conciente, general, de los hombres de una época sobre las relaciones sociales debajo de las cuales ellos viven» y que se manifiestan «en diferentes ideologías concretas» que son inseparables de ellas. De allí, se deduce porque Jakubowsky propone suprimir ciertos niveles del esquema plekhanovista y distingue solamente tres «regiones» (términos que Althusser y sus discípulos emplean con frecuencia). Esas instancias de la sociedad se limitarían entonces a la siguiente lista: 1) la base económica, propiamente determinada por las fuerzas productivas; 2) el orden político y jurídico que le corresponde; y 3) las superestructuras ideológicas que componen el edificio.
Tal construcción es apenas ligeramente diferente de la ofrecida por otros marxistas. Por ejemplo, para Charles Bettelheim (1970: 1445), «el conjunto de las relaciones sociales de producción y de las relaciones ideológicas y políticas constituyen una estructura compleja cuyos elementos son recíprocamente causa y efecto uno de los otros», o, más rigurosamente, «se sustentan mutuamente». No hay referencia al espacio. No hay prácticamente diferencia cuando P.L. Crosta (1973) escribe que «la sociedad es formada por el complejo de las estructuras política, legal, económica y productiva». Cuando afirma que «la formación económica de la sociedad expresión utilizada aquí en el sentido de «conformación estructural» es construida también de otras formas económicas y sociales subordinadas, más allá del modo de producción dominante, G. La Grassa (1972: 107) no da explícitamente lugar al espacio en su formulación.
Para Martha Harnecker (1973: 107), la formación social es una estructura compleja, compuesta de estructuras regionales complejas (económica, ideológica, política, jurídica), todas articuladas a partir de la estructura de las relaciones de producción. Ella también aconseja la necesidad de estudiar «cada estructura regional en su autonomía relativa en relación a las demás y de acuerdo con sus propias características». Pero, la lista de las estructuras de estas regiones incluye, exclusivamente, la economía, la ideología y la jurídico política. Como en los casos anteriores, no hay mención al espacio como una instancia social.
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