Estructura de las praderas de Thalassia testudinum (bank ex konig, 1805) en Bahía de Sapzurro, Golfo de Urabá, Colombia.
Structure of grass Thalassia testudinum (bank ex könig, 1805) in Bahía de Sapzurro, Gulf of Uraba, Colombia
Entre febrero y mayo de 2006, se realizaron tres muestreos para establecer la estructura de las praderas de Thalassia testudinum en la Bahía de Sapzurro. Se midieron algunas variables físico químicas y se instalaron 18 sitios de muestreo, nueve en la franja interna y nueve en la externa; en cada sitio se ubicó un cuadrante de 20 x 50 cm para determinar la cobertura y se colectaron las hojas de T. testudinum. La salinidad superficial varió entre 31.65 y 9.73 UPS; fue el único factor que limitó el desarrollo óptimo de las praderas. Los parches de T. testudinum se distribuyeron entre 0.8 y 2.7 m de profundidad. La biomasa en peso seco presentó valores bajos en comparación con otras áreas del Caribe Colombiano, debido posiblemente a la variación de la salinidad en la Bahía. Los análisis estadísticos mostraron diferencias significativas entre la longitud de las hojas en las franjas (P = 0.0223899) y entre franjas en el muestreo de baja salinidad (P = 0.0379739).
1. INTRODUCCIÓN
Thalassia testudinum hace parte del único grupo de angiospermas marinas que han evolucionado de la tierra firme al mar. La adaptación a condiciones marinas incluyó, entre otros aspectos, presencia de una capa de tejido con grandes canales de aire (aerénquima) en las hojas aplanadas, almacenamiento de almidón en las raíces y polinización submarina (Arber, 1920). Los pastos marinos están íntimamente ligados, en la mayoría de los casos, a arrecifes coralinos y manglares; aportan en forma significativa a la productividad marina y por tanto, son considerados ecosistemas de gran importancia (Hatcher et al., 1989).
Las praderas de T. testudinum brindan alimento, sitios de crianza y protección a un gran número de especies, algunas de importancia comercial y ecológica (McNeill y Bell, 1992). Entre las funciones ecológicas de las praderas marinas, se destacan la producción de alimento, la oferta de sustrato para la fijación de organismos y la contribución a la recirculación de nutrientes (Zieman, 1975 y 1982; Young y Young, 1982; Dawes, 1986; Garzón Ferreira et al., 2001). Adicionalmente, las praderas de T. testudinum moderan el movimiento del agua, proporcionan estabilidad a los sedimentos del fondo y contribuyen a proteger la costa de la erosión (Díaz et al., 2003).
En el Atlántico occidental, T. testudinum es la especie más abundante y se distribuye desde el Golfo de México hasta el norte de Sudamérica. En Colombia, las angioespermas marinas se encuentran exclusivamente en el Caribe, desde el Archipiélago de San Andrés y Providencia, pasando por el Golfo de Urabá y casi toda la costa hasta los límites con Venezuela (Díaz y Garzón, 2000).
El conocimiento sobre la estructura de las praderas de T. testudinum en Colombia se debe principalmente a Aubad (1981), Echeverry (1982), Puentes (1990), Laverde Castillo (1992a, 1992b), Puentes y Campos (1992), Ángel y Polanía (2001), Franke (2001), Díaz et al., (2003), Penagos et al., (2003) y en el Golfo de Urabá solo se conocen los estudios de Díaz et al., (2003) y Zapata (2006).
Mientras las formaciones coralinas y los manglares han despertado, hasta ahora, el mayor interés por parte de la comunidad académica y de investigadores, los pastos marinos, visualmente menos atractivos, han recibido una menor atención. Es importante estudiar la estructura de las praderas en el Golfo de Urabá, especialmente en la Bahía de Sapzurro, donde se presentan actividades turísticas sin ningún control, construcción de espolones, muelles y malecones, descarga de aguas residuales, entre otras.
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