Rasgos postmodernos de la educación ambiental. Una formación pertinente con las nuevas corrientes de pensamiento
Postmodern features in environmental education. Relevant training according to new thought trends
Los problemas ambientales que se suscitan a escala global son evidencia de una crisis, la cual es expresión de una coyuntura más profunda que trastoca los fundamentos del pensamiento de la humanidad en toda una era. Esta situación tiene sus causas primigenias en el modo general de conocer que desde el Renacimiento se implantó en gran parte del mundo occidental y que erigió al desarrollo y al progreso como idearios, hecho que finalmente se tradujo en una relación insostenible entre los humanos y la naturaleza. Esto expone la necesidad que desde las canteras de la educación se dé apertura a una formación ambiental cónsona con las nuevas corrientes de pensamiento. Es por ello que este ensayo pretende esgrimir los rasgos postmodernos de la Educación Ambiental como proceso pedagógico formal y no escolarizado en los planos epistemológicos, ontológicos y axiológicos, estableciendo la pertinencia del estudio de los problemas ambientales a partir de la crítica a los logos de la ciencia clásica, dando a su vez apertura a la concatenación de ideas y tópicos para la generación de un pensamiento complejo, un conocimiento interdisciplinario y saberes con grandes cimientos éticos que garanticen el cumplimiento de los propósitos de la Educación Ambiental.
A manera de introducción
Los grandes avances de la producción intelectual, científica y académica que hoy día ostenta la humanidad (y en especial las sociedades desarrolladas y potencias económicas a nivel planetario) han sido apoyados históricamente por un gran cuerpo de ideas denominado ciencia; cuerpo que se muestra como un gran complejo cultural a partir del cual la humanidad ha intentado encontrar una forma de coherencia intelectual. El desarrollo y el progreso ilimitado se han erigido como ideario para las sociedades, cimentados en supuestos, logos, ideas y postulados, hecho que se ha traducido en una relación humano-naturaleza insostenible. Todo esto se enmarca dentro de una corriente de pensamiento llamada Modernidad, no como periodo histórico, sino como corriente que se nutre de la interpretación de teorías científicas, de su resonancia, de su influencia en las concepciones de los científicos y en la praxis de vida de las sociedades (Prigogine y Stengers 1986 en Moreno 2005).
De tal forma que la ciencia moderna o bien conocida como ciencia clásica, originaria del Renacimiento y de la revolución científica, no se sostiene por sí sola. Tras esa estructura híper especializada se encuentran rígidos cimientos o logos que dan fe del conocimiento científico ulterior apoyado por áreas como la epistemología, la filosofía y la sociología (entre otras) que se han encargado de otorgarle validez. Sin embargo, desde esas mismas canteras de la racionalidad han surgido interrogantes, visiones, posturas y críticas que han puesto en tela de juicio y han perfilado la cruda realidad de una crisis de pensamiento; crisis que se ha manifestado en la existencia de grandes puntos de inflexión en el plano histórico, científico, cultural y axiológico que plantean el fin de una corriente de pensamiento y la apertura de otra, tal como lo denominó Vaclav Havel, ex-Presidente de la República Checa, como “el doloroso parto de una nueva era” (Martínez 2010, 25). Esta corriente naciente se expone no como un periodo posterior a la Modernidad, sino que se sitúa sobre ella juzgándola, planteándose como un movimiento cultural enmarcado en el conocimiento y la información, que perfila la emancipación de la razón y la liberación de la influencia de los grandes relatos y postulados, asomando la idea del fin de la ilusión del progreso y del crecimiento económico ilimitado (Lyotard 1987; Martínez 1997; Díaz 1999; Mires 2005)
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Idioma:español
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